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¡En un hilo! Empresarios evalúan el pago de aguinaldos

Los empresarios del país evalúan las condiciones para sacar cuentas; con la finalidad de cumplir con las utilidades de fin de año o el pago de aguinaldos.

Han pasado seis meses de cuarentena, laborando tan sólo una semana por la radicalización que aplica el gobierno. Por lo tanto, los representantes de cámara económicos en Lara auguran un diciembre sombrío para comercios e industrias que se han mantenido cerradas por no ser autorizadas en laborar.

También para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que registran saldos financieros en rojo porque a duras penas han tenido capacidad para mantener algo de inventario.

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«Es un nuevo reto para los empresarios porque la intención es poder cancelar aguinaldos que no sean una gota en un vaso de agua», soltó Giorgio Reni, presidente de Fedecámaras en la entidad.

Destacó que la mayoría de los trabajadores del sector privado ganan salarios muy por encima del sueldo mínimo, pero no a través del incremento de su sueldo en cuarentena, sino que empresarios han entregado bonos de productividad que en nada influyen en la cancelación de las utilidades o prestaciones sociales.

«Cancelar unos aguinaldos de acuerdo al salario mínimo que son 800 mil bolívares (sueldo base más cesta ticket), no sería un problema, la dificultad se presenta cuando una persona gana unas 10 veces por encima de ese monto o incluso más.

Muchos harán de tripas corazón para saldar este compromiso. Compensarán sobre todo al personal más productivo o al más antiguo, como un estimulo para que se mantengan laborando a pesar de la crisis que afecta a todos las empresas del país», argumentó Elías Bessis, presidente de la Cámara de Importadores de Repuestos Automotores (Cidralara).

Según lo establecido en la Ley del Trabajo el monto mínimo que pueden pagar las empresas en utilidades son 30 días del salario, a excepción de las personas que tengan menos de un año laborando.

 Sin embargo, Bessis argumenta que el dilema que tienen los empresarios es determinar una bonificación justa, que tradicionalmente se comienza a cancelar en la primera semana de noviembre, para que la hiperinflación no la vuelva «sal y agua».

Comentó que el sector privado también tiene el temor de que el gobierno incremente el salario mínimo en el último trimestre del año, por ser electoral; por lo cual pende de un hilo el pago de aguinaldos.

Con información de Prensa Lara


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