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Niña de 7 años de edad cruzó sola la frontera de México-EE UU

Una niña hondureña de siete años (izq) camina junto a su compatriota Fernanda Solís, de 25, y a un hombre no identificado hacia un centro de procesamiento de migrantes que cruzaron la frontera ilegalmente en Mission, Texas, el 21 de marzo del 2021. (AP Photo/Julio Cortez).

La niña hondureña, de 7 años de edad y rodeada de extraños en horas de la madrugada, estaba decidida a mantener el paso de los otros migrantes que se dirigían a la frontera con Estados Unidos.

Su padre, según le dijo a un periodista de la Associated Press, había recorrido México con ella en autobús durante 22 días y regresó a su país después de dejarla en manos de un joven que la iba a ayudar a cruzar el río Bravo y llegar a Texas.

 “Me dijo que siguiera sola y que me cuidara”, contó la menor de edad.

No está claro qué sucedió con el hombre que se debía hacer cargo de ella, pero la niña se unió a un grupo que se dirigía a la frontera y se fue con ellos. Caminaron un domingo por la noche por el valle del río Bravo (río Grande en Estados Unidos). Las temperaturas bajaron a cerca de 10 grados centígrados (55 Fahrenheit). La niña lucía chaqueta amarilla con dibujos animados de trenes y un tapabocas negro para protegerse del covid-19.

La AP no identifica a la niña siguiendo una práctica por la cual no usa los nombres de menores de edad sin el consentimiento de sus padres. No fue posible conseguir la identidad del padre.

Una niña hondureña de 7 años e edad (der) camina junto con Fernanda Solís (centro), también hondureña, y un hombre no identificado hacia un centro de procesamiento de migrantes que cruzaron la frontera ilegalmente en Mission, Texas, el 21 de marzo del 2021. (AP Photo/Julio Cortez).

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Pero su odisea ilustra los extremos a los que están dispuestos los padres para que sus hijos puedan llegar a Estados Unidos, incluso si esto significa dejarlos solos en la parte más peligrosa del trayecto.

Estas decisiones desesperadas plantean un serio dilema al gobierno de Joe Biden, que trata de restablecer un sistema de asilos ordenado: en sus esfuerzos por actuar con mayor humanidad para proteger a los menores de edad que viajan solos, se corre el peligro de poner más niños en situaciones peligrosas.

Casi 9.500 menores de edad llegaron a la frontera en febrero, un 60% más que en el mes previo. El gobierno se afana por contar con nuevas instalaciones para alojarlos y por acelerar los procesos para ubicarlos con parientes que viven en Estados Unidos. La municipalidad de San Diego dijo el lunes que usaría su centro de convenciones para albergar a niños migrantes por un promedio de entre 30 y 35 días.

Los adultos que viajan solos son casi siempre expulsados, mientras que las familias a veces son enviadas de vuelta a México y a otras se les permite permanecer en el país para solicitar asilo.

Pudo llegar a EEUU

La niña pudo llegar a Estados Unidos. Otra migrante hondureña, Fernanda Solís, de 25 años de edad, dijo que la encontró llorando en un camino de tierra al norte del río Bravo después de la medianoche, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona y los agentes fronterizos les hablaban a los migrantes por un altavoz.

Solís trató de consolar a la pequeña, que tenía frío, hambre y sed. Le dijo que caminarían juntas y se entregarían a los agentes de la Patrulla Fronteriza para luego pedir asilo.

La niña fue ganando confianza mientras caminaban por una ruta muy usada por los migrantes centroamericanos. Respondía preguntas con soltura. Dijo que cumpliría 8 años el mes que viene, que debería estar en tercer grado, pero no pudo completar el segundo por la pandemia.

Marchaba decididamente hacia un país en el que no conoce a nadie, solo a un familiar que vive en Carolina del Sur.

“Es una niña muy valiente”, dijo Solís.

Con información El Nacional


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