La detención de dirigentes políticos como Freddy Guevara o de los lideres sociales de FUNDAREDES la semana pasada, en lugar de contribuir al proceso de distensión que tanto requiere el país, parecieran encaminadas a alimentar tesis abstencionistas y anti negociación que tanto favor le hacen a algunos factores en el poder.
Son acciones que no contribuyen a la recuperación de la institucionalidad en Venezuela. Por el contrario, agudizan el clima de temor, persecución, violencia y descomposición social que vivimos.
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La ausencia de legalidad, el no seguimiento del debido proceso o la criminalización de la denuncia, contradicen el espíritu de entendimiento.
La negociación y participación que debemos promover para encontrar soluciones pacíficas a la grave crisis que atraviesa la nación.
Lograr condiciones electorales proclives a la participación es responsabilidad del CNE, de los actores políticos y del Estado venezolano. Estamos obligados a contribuir a que las elecciones sean creíbles y convoquen a la ciudadanía. Solo así el resultado merecerá reconocimiento nacional e internacional.
Por qué son importantes las elecciones regionales de noviembre de 2021
Son importantes porque después desde 2016 las condiciones electorales se han venido deteriorando y reconstruirlas será una tarea que tomará tiempo. Recordemos que pasamos de una participación del 75% en las parlamentarias de 2015 a solo 30% el 6 de diciembre de 2020.
La perdida de la institucionalidad del estado por el no reconocimiento de las elecciones, la desmovilización de la sociedad después de la represión de las manifestaciones de 2017 y la decepción con respecto al cambio ofrecido en 2019 y 2020, unido al el debilitamiento de los partidos políticos generan riesgos muy importantes y esta elección y las negociaciones que han tenido lugar hasta ahora y podrían continuar en el futuro cercano son una oportunidad de detener este deterioro y generar una narrativa de cambio político que permita recuperar progresivamente la institucionalidad y la confianza entre las partes, así como generar un pivote alrededor del cual reorganizar los partidos políticos y la movilización social.
Sea cual sea el escenario que se desarrolle a partir de ahora, es evidente que la inmensa desconfianza generalizada existente es un obstáculo que tenemos que salvar, y a toda costa tenemos que preservar los pocos espacios que hay donde esa confianza pudiera ser construida.
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En el plano electoral hemos tenido avances significativos convocatoria de elecciones con un plazo de más de seis meses de anticipación, lo cual no ocurría desde 2020 Jornada de RE con una duración de 45 y más de 700 puntos en todo el país.
Participación de más de 1.000.000 de electores a pesar de muy poca campaña pública por parte del CNE por falta de recursos.
Una auditoría profunda de toda la plataforma automatizada del CNE por parte de 10 académicos reconocidos que han actuado ya por cuatro semanas y que presentarán un informe detallado con recomendaciones a partir del 26 de julio.
Recuperación de la tarjeta de la MUD que constituye la posibilidad de que los actores que no han participado desde 2017 lo vuelvan a hacer.
Posibilidad de la observación internacional calificada, con la misión de la UE actualmente estudiando si existen condiciones técnicas, políticas, logísticas y de seguridad para desarrollar una amplia misión de observación, eliminación de los protectores y eliminación de los puntos rojos.
QUÉ FALTA
Reglamento de campaña electoral que disminuya el ventajismo institucional de funcionarios públicos, canales de radio y TV del estado, empresas publicas etc.
Habilitación de lideres políticos inhabilitados por la contraloría, sin sentencia judicial. Liberación de líderes sociales y políticos presos sin el debido proceso y regreso de exiliados perseguidos.
Condiciones Post – electorales que garanticen el ejercicio de las atribuciones de los cargos electos sin interferencia de otros poderes del Estado.
Así como la garantía de los derechos humanos de los perdedores.
Restablecimiento de los símbolos de partidos a su militancia y nombramiento de las juntas directivas que sean reconocidas por la militancia de esos partidos.
Auditoría del registro electoral que establezca la brecha entre la población con derecho al voto, y el registro.
Con las recomendaciones para cerrar esa brecha en los años que vienen.
De lograse una elección según estándares internacionales con participación de los partidos políticos que se han abstenido desde diciembre de 2017, es posible construir un escenario donde la reinstitucionalización de los espacios locales y regionales, permitan comenzar a construir la confianza que después evolucione para poder re institucionalizar todas las instancias del estado venezolano.
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