Un niño de 12 años y un joven de 18, ambos de nacionalidad venezolana, fueron hallados muertos a orillas de una carretera en Tibú, poblado de Colombia ubicado en el departamento de Norte de Santander.
Antes de ser localizados sin vida, los jóvenes habían sido detenidos por varias personas de la comunidad en el momento en el que, según la versión de los lugareños, iban a robar un local comercial.
Para evitar el hecho fueron amarrados con cinta adhesiva y fueron sacados del establecimiento comercial, pero nunca quedaron bajo custodia de la fuerza pública, que desatendió las llamadas de los comerciantes .
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Vecinos de la zona aseguraron que hombres armados se los llevaron en motocicletas. Unas horas más tarde aparecieron sus cuerpos baleados con las manos atadas, menor de 12 años tenía un disparo en la cabeza y esaba tirado en el camino sobre un charco de sangre.
Sobre este hecho, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, afirmó que son varios los responsables de la muerte de los jóvenes venezolanos: «Al dueño de la tienda, al que se los llevó, a los que los mataron, a los que nunca llegaron. Muchos deben responder por el asesinato de los niños de Tibú».
Uno de los sujetos que participó en su detención, tal como se ve en el vídeo que fue revelado en Redes Sociales, aseguró en ese momento que se los llevará para resguardar su vida y ponerlos a la orden de la autoridades, pero posteriormente los jóvenes fueron ejecutados.
En su defensa, el ciudadano colombiano cuyos datos son desconocidos, grabó un segundo vídeo en donde asegura que no tiene nada que ver con el asesinato de los jóvenes y que más bien, él puso su vida a la orden de los grupos irregulares que llegaron al lugar para retener y posteriormente llevarse a los venezolanos.
El menor asesinado llevaba su franela roja, tal como se ve en el video de la detención, pero esta vez tenía un cartel colgado al cuello con la palabra “ladrones”.
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