Contrapeso

Tras invasión a Ucrania, se pudiera repetir el Holomodor de Stalin

Este año se cumplirá el 90 aniversario del conocido como Holomodor, la gran hambruna que entre 1932 y 1933 acabó con la vida de millones de ucranianos durante el régimen comunista de Stalin en la Unión Soviética… y Putin no ha encontrado mejor forma de “celebrarlo” que invadiendo el país. 

Aunque hay posturas encontradas a la hora de buscar culpables de esta situación, la mayoría de historiadores coinciden en que la causa principal fue la colectivización forzosa de tierras que llevó a cabo el dictador soviético y que se saldó con unos siete millones de muertos por inanición (cifra muy similar a la del Holocausto nazi sobre los judíos), la mayoría de ellos en Ucrania y, en menor medida, en la zona del Cáucaso, Kazajistán o el sur de Rusia.

Ante esta situación, estallaron disturbios y revueltas en Ucrania, que sofocó el Ejército Rojo. En 1929 fueron arrestados miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos, siendo fusilados o enviados a campos de trabajo en Siberia.

Aquello dio a Stalin el pretexto que necesitaba para intervenir directamente en Ucrania y, así, puso en marcha un plan quinquenal en la URSS para relanzar el país y modernizar la industria pesada en todo el país cuyos fondos tenían que salir de las exportaciones de trigo ucraniano.

A partir de 1931, la falta de alimentos en varias regiones de la Unión Soviética condujeron a la muerte por inanición de millones de personas, situación conocida por las autoridades y también consentida, pues así se consolidaban los koljoses y los sovjoses, granjas colectivas y estatales, respectivamente.

Entre julio y agosto de 1932, Stalin concibió un nuevo análisis de la situación de Ucrania y de sus causas, expresada en una carta enviada a Lázar Kaganóvich el 11 de agosto:

“Ucrania es hoy en día la principal cuestión, estando el Partido, y el propio Estado y sus órganos de la policía política de la república, infestados por agentes nacionalistas y por espías polacos, corriendo el riesgo «de perder Ucrania», una Ucrania que por el contrario, es necesario transformar en una fortaleza bolchevique”.

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El 7 de agosto de 1932 se aprobó la conocida como «Ley de las Espigas», cuyo objetivo era escarmentar a aquellos campesinos contrarios a la expropiación o a quienes robasen alguna espiga o cebada para comer. Sin embargo, y pese a los duros castigos, el hambre era tal que ni la cárcel ni las torturas bastaron fue necesario crear tribunales especiales para condenar a muerte a los saqueadores. Según registros de la época, alrededor de 5.400 personas fueron ejecutadas en virtud de esta ley y enviadas a la cárcel otras 125.000.

La hambruna provocó, además de millones de muertos, un gigantesco éxodo rural del campo a las ciudades en busca de comida, pero el Kremlin ya había previsto que esto podía pasar el 22 de enero de 1933 las autoridades prohibieron a los campesinos acceder a las metrópolis y, para ello, montaron una serie de perímetros con alambrada de púas, cortaron los accesos por carretera y ferrocarril y situaron a miles de soldados del Ejército Rojo para aislar Ucrania del resto de la URSS.

El hambre y los rigores del clima, un frío intenso en invierno y un insoportable calor en verano que se cebaba con los cuerpos malnutridos, así como una epidemia de tifus, dejaron tal cantidad de cadáveres que fueron necesarios vagones enteros de trenes para retirar los cuerpos sin vida de los muertos.

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La hambruna se cebó especialmente con los niños, muchos de los cuales fueron dejados por sus padres a las afueras de las ciudades para que las autoridades les admitiesen en centros de acogida. Las tropas, sin embargo, cerraron estos centros, subieron a los pequeños en trenes y los abandonaron a decenas de kilómetros en el campo, donde morirían de hambre y frío en soledad.

Tras cerca de dos años, a inicios de 1934, el Holodomor terminó dejando en Ucrania, Kazajistán y el norte del Cáucaso unos siete millones de muertos, de los cuales unos cinco millones eran ucranianos, uno de norcaucásicos y otro de kazajos.

Aunque hay fuentes que indican que la hambruna se debió a las malas cosechas, los datos no parecen indicar esto ya que fueron de 18.3 millones de toneladas de grano en 1931, de 14.6 millones en 1932 y de 22.3 millones en 1933, los años precisamente en que se produjo la pérdida masiva de vidas. Estos datos están en línea igualmente con los de los años previos al Holomodor.

Ucrania aprobó la ley «Sobre el Holodomor en Ucrania de los años 1932-1933», propuesta por el presidente del país, Víktor Yúschenko. Según esta ley, el Holodomor en Ucrania de los años 1932-1933 es declarado genocidio contra el pueblo ucraniano.

«En el genocidio de Ucrania conocido como Holomodor, Stalin mató de hambre a millones de campesinos. No en balde Ucrania le teme tanto a Rusia. En la colectivización aplicada por Stalin entre 1932 y 1934, pueden haber muerto hasta 10 millones de campesinos. Se forzó una rusificación en un genocidio conocido como el Holomodor. Se buscaba destruir el sentimiento nacionalista ucraniano «, declaró José Toro Hardy a través de Twitter.

Actualmente, numerosos países denominan la hambruna de 1932-1933 como genocidio contra el pueblo ucraniano, aunque no hay ningún documento de la ONU que lo califique como tal.

Solo cabe esperar que la invasión que hoy ha comenzado Vladimir Putin sobre el país no acabe en otro genocidio.

Con Información de La Razón


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