Miles de migrantes venezolanos han saturado la frontera de México con Estados Unidos, en particular la de Juárez-El Paso, donde en la última semana han cruzado un promedio 660 al día por el río Bravo, de acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza.
El cruce masivo de personas comenzó hace una semana, el sábado 10 de septiembre, justo el día en que entró en vigor la Extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) en Estados Unidos para migrantes de Venezuela, una política para protegerlos de deportaciones y obtener permisos laborales.
Los migrantes que cruzan de Ciudad Juárez a El Paso, Texas, se forman en espera de atención de las autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés), quienes improvisaron un centro de procesamiento bajo el puente internacional Santa Fe, a un lado del muro fronterizo.
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Con este arribo masivo de personas, las asociaciones locales temen una nueva crisis humanitaria en Ciudad Juárez, donde personas como Norma Elizaria llegan en grupos de decenas de migrantes.
«Vengo con 26 personas de mi familia, estamos divididos, unos vienen llegando ya a Ciudad Juárez. Buscamos una oportunidad mejor económica, de salud. Para mí, Venezuela es el país más lindo y bello, pero está difícil la situación económica que tenemos con el presidente», contó la mujer a Efe.
Ante la saturación en los albergues, en la región paseña algunos instalan casas de campaña o colchones, además de baños portátiles fuera de la central de autobuses.
Otras decenas de indocumentados duermen en un campamento improvisado por las autoridades debajo de la autopista elevada de El Paso.
Un reto más es la alimentación, ya que las autoridades estadounidenses solo les dan agua, por lo que hay quienes van a Ciudad Juárez a comprar comida y regresan de nuevo a El Paso.
O bien, hay un grupo de niños mexicanos que en la noche cruzan para comprarles alimento a cambio de dinero.
Largas travesías
La situación en la frontera se ha agudizado desde que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) anunció la semana pasada que extenderá la validez de los permisos de TPS a los venezolanos, pero esto aplica a aquellos que ya estaban protegidos en Estados Unidos.
Aún así, Andy Rojas salió hace 30 días de Venezuela y ahora espera una oportunidad tras cruzar México, donde ha afrontado el maltrato de las autoridades migratorias, según denunció.
«Vengo con un compañero de trabajo y deseo poder laborar en Estados Unidos. En México, mucha gente ha sido extorsionada, hay que correrles a los policías», indicó a Efe.
Otros no vienen de Venezuela, pero desean también una oportunidad, como el ecuatoriano Bruno Salazar.
«La travesía fue peligrosa, pasé por Panamá, doy gracias a Dios que estoy aquí. Fue complicado y duro, tuve que huir por la delincuencia y la inseguridad. No se sorprendan si ven a más ecuatorianos acá», relató.
«Yo intento cruzar aquí, porque unos amigos cruzaron la semana pasada y le están dejando el pase libre a la gente», añadió.
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Fernando García, director y fundador de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, advirtió que «queda claro» que existe una «crisis» porque no hay «infraestructura para recibir a los migrantes», pero pidió no verlo como un problema de inseguridad.
«El Paso es una de las ciudades más seguras de Estados Unidos, el problema es cuando decimos que la migración es un problema de seguridad pública, ya inmediatamente los calificamos como criminales que vienen a hacer daño», dijo a Efe.
Expectativa en Juárez
El padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, explicó a Efe que «los hermanos venezolanos tienen permiso por parte de Migración para poder cruzar libremente en México por siete o hasta diez días».
«Hasta ahorita en el albergue no tenemos gente de ese país, son de otras nacionalidades, incluso mexicanos, además de Honduras, El Salvador y Guatemala», expuso.
Sin embargo, hay expectativa porque a partir del próximo viernes las excepciones del Título 42, que permite deportar a migrantes de Estados Unidos de forma inmediata por la pandemia, estarán suspendidas hasta nuevo aviso en la región fronteriza de Juárez-El Paso
Además, quedarán sin efecto las citas para las familias que antes tuvieron fecha de ingreso a Estados Unidos.
Esto, según directores de diferentes albergues, podría poner de nuevo en jaque a la ciudad por falta de infraestructura para acogerlos.
Este episodio es un reflejo más del flujo migratorio récord que vive la región hacia Estados Unidos, donde la CBP ha interceptado a más de 1,82 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022, que inició en octubre pasado.
Con información de EFE
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