Esa pregunta se la hacen los proteccionistas de Gatitas 11 y Huellitas Gochas que han contabilizado siete casos de animales violados en el municipio Michelena del estado Táchira.
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Cuentan que Ramona, fue una perrita comunitaria que fue «empalada», término que se usa para reseñar el abuso con un paIo.
Lo mismo le pasó a otro perrito comunitario y a este, por ser macho le colocaron ligas en sus genitales para torturarlo.
Todos los casos de abuso animal se han registrado en los primeros días del mes en curso, pero este miércoles 13 de septiembre se supo que dos becerros y una vaca embarazada, que también habían sido víctimas de abuso.
Las lesiones son tan graves que los animalitos mueren, como fue el caso de los becerros o deben ser dormidos, como sucedió en el resto de los casos.
De hecho hasta un perro doméstico que fue sacado por sus dueños a pasear, llegó con notables signos de abuso.
Angaraveca es un páramo tachirense ubicado en el municipio Michelena y a 40 kilómetros de San Cristóbal. La señal de telefonía y las falles eléctricas son el pan de todos los días.
Lo lamentable es que ese hermoso páramo andino se ha convertido, en los últimos días, en el infierno de muchos animales que son violados y torturados hasta la muerte.
Pedimos al Mínisterio Público y al fiscal Tarek William Saab que tomen cartas en el asunto, porque al parecer hay algunos zoofíIicos degenerados que se esconden en esas montañas, para cometer sus abominaciones.
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