El viejo techo de bambú del mercado principal de Maracay se cae a pedazos. Y con él, más de 100 años de historia arquitectónica de Aragua. Este mercado ubicado en la calle Ayacucho con bulevar Pérez Almarza, es uno de los más emblemáticos de la ciudad.
Allí confluyen cientos de personas que de martes a domingo recorren sus añejos pasillos para adquirir hortalizas, verduras, frutas, carnes y víveres que ofrecen más de 100 adjudicatarios que hoy reclaman atención gubernamental para evitar que el mercado se caiga.
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Además del grave deterioro del techo, el mercado principal, regentado por la empresa paramunicipal Mercagir, presenta graves problemas de filtración y de desbordamiento de aguas negras, lo que constituye un grave problema de salud pública, considerando que se trata de un espacio para el expendio de comida.
“Desde hace mucho tiempo el mercado presenta graves problemas y hemos acudido a varias instituciones, entre ellas Mercagir, para que nos ayuden a solventarlos. Y aunque desde hace siete meses llevamos a cabo una autogestión para su mantenimiento, no es suficiente para mantenerlo en pie”, dice Lucia Tandioi, adjudicataria y parte de la asociación de comerciantes del mercado municipal.
El mercado principal de Maracay se mantiene con los cánones de arrendamiento que cancelan adjudicatarios a Mercagir y que van desde los 9 millones a los 11 millones de bolívares al mes. Esos recursos resultan insuficientes para el mantenimiento de la edificación.
Un patrimonio de la Nación en el olvido
El 15 de abril de 1994 mediante Gaceta Oficial Nº 35.441, el Mercado Municipal de Maracay fue declarado monumento histórico nacional. Ello, lo convierte en un bien patrimonial de la ciudad, objeto de preservación por parte del Estado.
Así lo establece el artículo 2 de la Ley de protección y defensa del patrimonio cultural, según el cual “la defensa del Patrimonio Cultural de la República es obligación prioritaria del Estado y de la ciudadanía. Se declara de utilidad pública e interés social la preservación, defensa y salvaguarda de todas las obras, conjuntos y lugares creados por el hombre o de origen natural, que se encuentren en el territorio de la República, y que por su contenido cultural constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad nacional”.
Pero las quejas y denuncias sobre su grave deterioro, que datan desde el año 2015, no han sido escuchadas por los entes responsables de su cuido.
Pedro Álvarez, otro de los adjudicatarios, explica que hace seis años, representantes del Instituto del patrimonio cultural de Venezuela, visitaron el mercado y constataron el deterioro de las instalaciones. En 2018, hizo lo propio Pdvsa La Estancia y dos años después, la empresa paramunicipal Mercagir.
“Pero ninguna ha hecho nada. Queremos que tengan consideración con nosotros y con el mercado, a donde acuden muchas personas y sería una lástima que lo dejen perder”, dice Álvarez.
El mercado principal de Maracay funciona como tal desde 1929. Pero antes de ello, sirvió como hotel, aunque el propósito original de su construcción en 1921, era ser un cuartel. En sus inicios se le conocía como Casa Blanca.
Es una estructura rectangular con cuatro patios de iguales dimensiones, con columnas de estilo neoclásico. Su fachada principal original aún se conserva y por allí ingresan a diario cientos de personas que han convertido esta obra arquitectónica, en uno de los sitios de mayor tradición comercial de Maracay.
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