Opinión

Maduro se gastó la plata

Lo adelantamos el 23 de enero. Maduro se gastó en diciembre la plata que le quedaba. Dijimos lo que fuentes militares comentaban: que las finanzas se agotaron con el esfuerzo del último trimestre de 2019 del régimen para dar la impresión de que había Navidad, había retoño en la economía y había consumo. Ahora Maduro va al FMI. Tiene una excusa. Pero el problema es peor.

Por Juan Carlos Zapata

Se acabó el dinero. Y Nicolás Maduro pide 5.000 millones de dólares al FMI. Al terrible FMI. Así Maduro se entrega al capitalismo mundial. No tiene otra opción. Esto es herejía para el chavismo cuyos disidentes señalan que Maduro hace un paquete económico de derecha, que el plan petrolero es de derecha, que le ha entregado el petróleo a las multinacionales, que pacta con los empresarios enemigos de Hugo Chávez.

Si en todo caso el FMI hubiera abierto la puerta a la línea de los 5.000 millones de dólares, la operación debía pasar por la Asamblea Nacional, lo cual amerita un debate en el Parlamento que implicaría que Maduro no contaría con un cheque en blanco.


Maduro buscaba la excusa. Porque una cosa es ir a un organismo como la CAF a pedir una línea de financiamiento y otra al FMI. Para recurrir al Fondo Monetario Internacional, Maduro tiene al coronavirus. El coronavirus da para todo. Para hablar de la caída de los precios del petróleo y los nuevos elementos de la crisis que se le vienen encima. Para hacer un llamado a los empresarios y ofrecerles casi que una hermandad. Pero la crisis petrolera en Venezuela no la generó el coronavirus como tampoco fue generado por las sanciones de los Estados Unidos ni la guerra económica que se inventó años atrás.

Las arcas de la República no se vaciaron porque llegó el coronavirus. Las arcas comenzaron a vaciarse en 2011 y 2012 con Hugo Chávez, cuando se gastó al extremo para relegir a un hombre moribundo. Las arcas se terminaron de vaciar con Maduro. Y la producción y los ingresos petroleros se derrumbaron en estos años con Maduro. La última plata se gastó en el último trimestre de 2019. Lo adelantamos el 23 de enero. Fuentes militares hablaron con nosotros y nos confirmaron la situación de unas finanzas agotadas por el esfuerzo de Maduro con el fin de dar la impresión de que había Navidad, de que había retoño económico y había consumo. ¿Se acuerdan de los que hablaban de retoño y consumo en diciembre y enero?

La verdad es que Maduro se estaba gastando toda la plata. Y estaba haciendo el último esfuerzo por importar gasolina. Porque a la escasez de gasolina sí que le teme. Igual le temen los militares a un escenario sin gasolina. De allí que el plan de contención del coronavirus va más por evitar que la gente se movilice. Hoy los inventarios no alcanzan para 4 días. Y ya no puede importar gasolina como lo estaba haciendo. Porque no hay plata, porque hay menos venta de petróleo por las sanciones a la empresa rusa que le vende el petróleo y le suministra gasolina, y porque las refinerías no producen gasolina. Toda la gasolina es importada. Y es importada la gasolina que se sigue yendo para Colombia vía contrabando. PDVSA llegó al colmo de entregar a amigos del régimen, a gente que no conoce del trading petrolero, cargamentos de petróleo -al menos 3 buques- que se vendieron y no se cobraron, o desapareció la plata como desaparece en este tipo de operaciones negras.

Pero lo peor ha llegado. Y es que el derrumbe del precio del petróleo, (este lunes siguieron cuesta abajo), más la venta con descuento del poco crudo que se coloca en los mercados, ubican el precio de venta real en niveles de los costos de producción por lo que el ingreso neto por este concepto es cero.Pero Maduro no va a conseguir el préstamo del FMI. Ya un vocero del FMI lo dijo: “El compromiso del FMI con los países miembros se basa en el reconocimiento oficial del Gobierno por parte de la comunidad internacional, como se refleja en la membresía del FMI. No hay claridad sobre el reconocimiento en ese momento”.

Maduro no termina de convencerse que el mundo no lo reconoce. No termina de aceptar que está en el Palacio de Miraflores como consecuencia de unas elecciones que el país y la comunidad internacional señala de fraudulentas. Si en todo caso el FMI hubiera abierto la puerta a la línea de los 5.000 millones de dólares, la operación debía pasar por la Asamblea Nacional, lo cual amerita un debate en el Parlamento que implicaría que Maduro no contaría con un cheque en blanco.

Maduro quiso engañar al FMI con una carta tramposa. Primero mal escrita, el primer párrafo es fatal. Segundo, se dirige al FMI en términos de “Honorable organismo”, con mayúscula, así como se lee, como queriendo borrar los insultos del pasado. Tercero, en la carta coloca a Kristalina Georgieva casi como dueña del FMI, al señalar que “acudimos a su Honorable organismo”. (El su en negritas es nuestro). Cuarto, luego de señalar que el régimen está ejecutando medidas para combatir la enfermedad en Venezuela, habla de apoyo mutuo, sueños futuros y destino común con los países del mundo. ¿Con cuáles? ¿Con Rusia? ¿Con Cuba? ¿Con Corea del Norte? ¿Con Nicaragua? Quinto, termina hablando de mucha solidaridad, hermandad, y que “sabremos proteger la vida y el bienestar de nuestros pueblos”. El informe de Michelle Bachelet sobre los derechos humanos en Venezuela, dice lo contrario.

Juan Carlos Zapata @KonZapata


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