Opinión

Historias de Cuarentena: Los aviones

Elvia Hidelgadis León Machado es una mujer de 78 años, madre y abuela que decidió compartir sus recuerdos en pequeños microcuentos, los cuales, como dice, «son los recuerdos de una niña de 6 años que no desea llevarselos con ella» y por eso nosotros los compartiremos con ustedes.

Los aviones

Hasta los 7 u 8 años nunca había visto un avión. Cuando oíamos su sonido salíamos corriendo mirando al cielo a ver si lográbamos verlo. Era en San Cristóbal. Nunca lo vi, las nubes lo ocultaban, me frustaba no poder verlo. Hasta que un día, el sonido fue cierto, real, audible. Dos aviones, grandes plateados, estaban haciendo pasajes sobre nuestro barrio militar, volaban tan bajo que empecé a saludar, a gritar feliz: ¡Un avión, dos aviones! Aquello duró 5 minutos, los aviones inclinaban sus alas de lado y lado saludando nuestros gritos de alegría de niños felices. Luego, se elevaron y partieron. ¡La alegría me llenó todo el día; de vez en cuando miraba al cielo a ver si los aviones volvían…

Mi papá había muerto y mi amá decidió volver a Maracay de donde era su familia.

Al tercer día de haber llegado, oí el motor de un avión, mi hermano Iván (DEP), salió corriendo, yo detrás de él; nos paramos en la acera de la casa y empezamos a gritar: ¡Un avión. Un avión!

La voz molesta de mi amá nos sacó del embelezo: «¿Qué hacen ahí gritando como campesinos? ¿ No les da pena?»

Entramos a la casa, y en un segundo mi infancia despreocupada y feliz se esfumó. Todas las mañanas los oía pero ya no volví a buscarlos en el cielo.

Por eso; cada vez que veo un avión surcando el cielo maracayero; los saludo sin pena a un regaño.

El recuerdo gentil de mi infancia en San Cristóbal vuelve otra vez a mi, y entonces vuelvo a tener siete años.

Por Elvia Hidelgadis León Machado / @Ehlm0205


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