Opinión

Niños, adolescentes y cuarentena


Durante los últimos días he compartido con varios de mis amigos, familiares y colegas acerca del reto que enfrentamos en casa tanto para logro de los objetivos escolares, así como para una deseable convivencia familiar de caras a la situación producida por el Covid-19.

Por Rina López

La pandemia, no solo ha puesto como plato fuerte el distanciamiento social, sino que nos afecta en cuanto al estado de ánimo y como nos sentimos, es por esta razón que conviene examinar aquellos estudios e investigaciones que pueden ayudarnos a lidiar con esta crisis.

Leer más: Psicología para afrontar el Covid

Los niños en todo este proceso nos han dado quizás la mayor lección de civilidad, de paciencia, temple y autocontrol. Han sido capaces de vivir este momento, de tal manera que ni los adultos hemos podido siquiera aprender. Han respondido maravillosamente, y mientras los adultos tan sólo bordeamos la situación, los niños probablemente están usando su imaginación para afrontar el aislamiento, han aprendido a colaborar con más frecuencia en casa, están realizando sus actividades escolares de forma rutinaria sin mayores dificultades.


A pesar de esta capacidad para ser resilientes y vivir el momento con las herramientas que tienen, es posible que algunos niños y adolescentes estén manifestando algunos síntomas de ansiedad, ya que no todos responden igual. La mayoría de ellos tendrá dificultades para verbalizar su angustia, lo cual nos debe poner en alerta ante posibles manifestaciones: Sensibilidad, tristeza, apatía, frustración, irritabilidad, o físicamente manos húmedas y pegajosas, la boca seca y el corazón acelerado. Otras manifestaciones se dan en terrenos más difíciles de señalar: Somatización (Experimentan dolores de barriga o de cabeza, falta de apetito, problemas en el dormir y otras molestias inespecíficas que no se corresponden con lo regular), un ejemplo de ello es que de forma repentina se torne en llanto desconsolado y sin razón aparente otro ejemplo es la emisión involuntaria de orina. Esto se debe principalmente a que los chicos vienen de una rutina establecida donde privan horarios y algunas normas que en este momento no se pueden cumplir, y que son las que les generan seguridad y tranquilidad.


En este sentido, lo más recomendable será darles el acompañamiento necesario y es que ¿Quién mejor que los padres para ofrecérselo? Ofrézcale espacios donde puedan expresar sus sentimientos y emociones, sin temerle a esas sentidas manifestaciones, recordando que las emociones nos ayudan a recuperar las energías, a renovarnos, a recargar las pilas. Hay que respetar ese espacio de emocionalidad y que experimente lo que siente. Pregunte cómo puede ayudarle, demuéstrele que es totalmente legítimo y permitido lo que siente. Lo más importante es que el niño o adolescente acepte que se trata de sus propias emociones.


Escúchele con atención, y valide su opinión. Cuando validamos aceptamos y reconocemos verbalmente las emociones de la otra persona como expresión verdadera de su propia visión del mundo, y de sus sentimientos. Lo cual no significa estar de acuerdo ni dar la razón cuando existen diferencias con el otro. Tampoco significa animar, aprobar ni adular. Esto no es solucionar lo que el otro debería solucionar por sus propios medios. RECORDANDO que “Se validan los sentimientos, no las conductas”. Por esto es muy importante que al escuchar pongamos atención en captar la emoción.


En cuanto a la angustia por saber si este momento de la historia, dejará secuelas emocionales en los niños, se debe advertir que hay estudios e investigaciones científicas que han demostrado en otros contextos parecidos como reposos médicos obligatorios, rehabilitaciones, y otro tipo de aislamiento que no hay secuelas psicológicas mayores. Recuerde que el niño confía en el estado emocional de sus padres o cuidadores y de allí avanza o se detiene.


La salud mental es sentir la emoción adecuada en el momento adecuado, y ser capaces de gestionarla. Los niños y adolescentes están pasando suficiente tiempo a solas con sus emociones sin mayores distracciones, así que lo que esta situación les está dando, es la oportunidad sinigual de auto reconocimiento. Insistamos en que es una ocasión para que aprendan a conocerse a sí mismos. Ellos serán más receptivos al darse cuenta del paso que están dando hacia la maduración y que están haciéndose cada vez más fuertes para el tránsito de la vida.

Asistencia en cuarentena


En otro orden, hay algunos padres que se encuentran muy nerviosos en cuanto a la prosecución académica de los chicos, lo cual evidentemente no deja de ser relevante, aunque en este momento es elemental entender que a nivel general se presentará un atraso en la educación; de tal manera que aceptarlo no significa dejarlo a un lado, la idea será diseñar una estrategia que ayude a los niños y adolescentes a avanzar en la mayor medida posible. Si la rutina ya existe será de menor problema avanzar, y de ser distinto el panorama, deberá asirse de un plan progresivo para crear el hábito de estudio en casa. Lo más necesario es que se mantenga en contacto con los maestros y profesores para que le orienten en este sentido.


Los educadores por su parte, tendrán una tarea no menos loable que la que hasta hoy han tenido, y es que entonces se debe considerar que todos somos parte de un sistema que hasta la llegada de este fenómeno, habíamos puesto en lugar privilegiado el literal A y los 20 puntos. A partir de este momento, se abre la ventana para preguntarnos: ¿Cómo podemos potenciar un aprendizaje significativo con las herramientas con las que contamos en el país? ¿Con familias que no cuentan con el acceso a internet, o a la TV, o aquellas familias que por circunstancias sociales, profesionales, familiares y educativas no pueden apoyar a los niños y adolescentes en el proceso de aprendizaje y enseñanza? No estará resultando fácil, y es realmente complejo pero no irrealizable.


Los maestros y profesores, deberán descubrir cuáles son, en la pedagogía a forma más idónea de acercarse a los más jóvenes para lograr que aprendan, y que ese aprendizaje les sirva esencialmente para la vida, dado que el mundo y el sistema educativo ha dado quizás el giro más grande que en mucho tiempo había dado. Lo importante es abrir canales de comunicación y de expresión.


Aprovechemos los padres para fomentar la lectura sobre historia, ciencias y artes. Recordando que siempre hay oportunidades para crecer, y nosotros debemos garantizar a nuestros hijos dichas oportunidades a manos llenas.


@Rinalopez.asesor


Visítanos en Twitter e Instagram

Comentarios