COVID-19 supera el millón de muertes en todo el mundo, desde que se descubrió hace nueve meses, luego que la Universidad de Johns Hopkins realizará un conteo este lunes.
Esta cifra supera las 690,000 por el sida o las 400,000 por malaria en todo 2019; y están justo por detrás de las 1,5 millones de muertes por tuberculosis en 2018, según la Organización Mundial de la Salud.
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De este a oeste, la pandemia de coronavirus hundió las economías y transformó nuestra forma de relacionarnos. Cerró escuelas y negocios, detuvo a las industrias del deporte y el entretenimiento. Hizo caer hasta los Juegos Olímpicos.
Ante el caso de COVID-19 supera el millón de muertes en todo el mundo, se dijo que cerca de 5,000 personas fallecen cada día por esta enfermedad, el equivalente a una muerte cada 17 segundos en algún lugar del mundo. Y la pandemia está lejos de haber terminado. Con la llegada del otoño en la mitad norte del planeta, se esperan más muertes.
Los efectos fueron globales, pero también personales. El virus cambió la forma en que socializamos, trabajamos e incluso nuestra forma de vestir. Cambió la forma en que cuidamos de nuestros seres queridos. Nuestra forma de amarnos.
En España, uno de los países más afectados, las residencias de ancianos fueron aisladas del mundo exterior durante meses en un esfuerzo por protegerlas.
Cambió nuestra forma de llorarlos.
Muchas personas no pudieron despedirse de sus seres queridos debido a las restricciones de los hospitales; otras los sostuvieron en sus últimos momentos, envueltos de pies a cabeza en un equipo de protección.
Ni los países más poderosos se libraron. Estados Unidos ha sido el país más afectado del mundo con más de siete millones de infecciones y más de 200,000 muertes, situación que refleja «la falta de éxito en la contención de este brote», en palabras del experto médico Anthony Fauci.
El COVID-19 ha generado un panorama sombrío también en Europa, que ya está siendo alcanzada por una segunda ola.
Las restricciones sanitarias adoptadas por los Gobiernos -como confinamientos selectivos, cierre de bares y restaurantes o prohibiciones de reuniones- han hecho enfurecer además a parte de la población en algunos países.
Oriente Medio y Asia no se quedan atrás. Este lunes, India, el segundo país más poblado del mundo, alcanzó los 6 millones de casos, justo por detrás de Estados Unidos. El total de muertes es ahora de más de 95,000 allí, frente a las 200,000 en EE.UU.
Los nuevos casos en el país se notifican con mayor rapidez que en cualquier otra parte del mundo. Se espera que la India se convierta en el país más afectado por la pandemia en las próximas semanas.
Mientras tanto, en México, que acumula más de 730,000 casos y más de 76,000 muertes, las autoridades aseguraron que no se dispondrá de datos definitivos sobre el número de muertos hasta en “un par de años”.
Señales esperanzadoras
Gracias a los desesperados esfuerzos por salvar vidas los científicos entienden ahora mejor cómo tratar y prevenir esta enfermedad. Y con ello, millones de personas podrán sobrevivir.
Se sabe que la dexametasona y otros esteroides similares mejoran la supervivencia cuando se usan en pacientes hospitalizados que necesitan oxígeno extra, pero podrían ser perjudiciales para los pacientes menos enfermos.
Un medicamento antiviral, el remdesivir, puede acelerar la recuperación de los pacientes gravemente enfermos, reduciendo en cuatro días la estancia media en el hospital.
Expertos aún están investigando el plasma convaleciente, que consiste en usar sangre rica en anticuerpos de los sobrevivientes para tratar a otros. Ningún estudio grande y de alta calidad ha probado esto lo suficientemente bien para saber si funciona.
Menores índices de mortalidad
La verdadera letalidad del virus —la tasa de mortalidad por infección— aún no se conoce, porque los científicos no saben cuántas personas lo han sufrido sin mostrar síntomas. Lo que se suele informar son las tasas de mortalidad, es decir, la porción de personas que han dado positivo en las pruebas y luego han muerto.
Una de las razones es el cambio demográfico: estos días la mayoría de los casos son en personas jóvenes que tienen menos probabilidades de morir por su infección que las personas mayores.
El aumento de las pruebas también está jugando un papel: a medida que se detectan más personas con síntomas leves o sin síntomas, se amplía el número de infecciones conocidas y se reduce la proporción de las que resultan mortales, de acuerdo con Shahpar.
El futuro
La mejor manera de evitar morir por el coronavirus sigue siendo evitar contraerlo, y la experiencia ha demostrado que las medidas sencillas que recomiendan las autoridades sanitarias funcionan.
Usar mascarilla, lavarse las manos, mantener una separación de al menos seis pies y desinfectar las superficies «claramente están teniendo un efecto positivo» en frenar la propagación, aseguró Fauci.
Si más gente se atiene a medidas de sentido común como cerrar los bares, «deberíamos mejorar nuestra capacidad para manejar esto» y evitar más muertes, señaló Shahpar,»debería llevar más tiempo llegar al siguiente millón, si alguna vez sucede».
Con información de Telemundo
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