Rohit Varak, un adolescente de 16 años del estado de Goa (India), estaba usando el único teléfono inteligente compartido por su familia de seis integrantes para asistir a clases en línea cuando lo dejó caer a principios de este mes, rompiendo la pantalla. Cuatro días después, el joven se suicidó.
Aparentamente, Rohit le pidó dinero a su padre para reemplazar la pantalla rota. Sin embargo, como la familia Varak sobrevive solo con los ingresos aportados por el padre del adolescente, no podían permitirse gastarlos en la reparación del ‘smartphone’.
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«Habría costado alrededor de 3.000 rupias [40 dólares] reparar el teléfono», afirmó a The Independent la hermana de 18 años de Rohit, Neha Varak. «Mi padre no tenía esa cantidad de dinero».
La Policía ha incautado el celular como evidencia, lo que significa que el hermano menor de Rohit, Gyanu, de 12 años, no ha podido asistir a ninguna de sus clases en línea desde el 11 de octubre.
Con información de: Caraota digital
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