Este fin de semana en un evento virtual se entregaron los World MMA Awards que distinguen a los peleadores más destacados del año y en esta ocasión el que se quedó con el trofeo más preciado fue nada menos que Israel Adesanya, una de las máximas figuras de UFC, cuyo nombre -seguramente- sea una constante en 2021.
El neozelandés de origen nigeriano tiene 31 años y en septiembre logró quedarse con el cinturón de campeón de peso mediano y por algún tiempo llegó a liderar el ranking de los mejores libra por libra, aunque ahora ocupa la tercera colocación. En la ceremonia quedó por encima de estrellas como Jorge Masvidal y Justin Gaethje, al igual que había sucedido en 2019.
El 27 de septiembre, luego de su triunfo por nocaut técnico frente al brasileño Paulo Costaen el segundo asalto, The Last Stylebender sorprendió la lanzar un mensaje que ayudó a comprender de dónde viene su amor por las artes marciales mixtas: “Paulo es un bully, pero para mi eso no es novedad. Sufrí con eso toda mi vida. Tengo la habilidad de vencer a esas personas y eso es lo que hago. Dedico esta pelea a todos los que sufren bullying, sea en la escuela o en el trabajo. Ustedes tienen que responder y pelear”.
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El hombre de 31 años recordó que en la previa su rival había lanzado varios mensajes en las redes mofándose de él y por eso dejó en claro que eso no es sano para nadie: “Algunas de las cosas que hizo en línea. No estaba eso cuando yo era pequeño, pero ahora los niños pasan por ese acoso en las redes sociales. Y (Costa) estaba tratando de hacerme eso. Es como si estuviera tratando de apuntar a mi yo más joven. Pero haces eso y ahora tienes al perro grande en el patio”.
Es que cuando apenas tenía 10 años, Adesanya tuvo que mudarse junto a su familia a Nueva Zelanda porque sus padres comprendieron que en la isla oceánica podrían encontrar un mejor futuro para sus cinco hijos que en su ciudad natal, Lagos. A esa nueva vida tuvo que adaptarse este pequeño a quien le costó demasiado hacer amigos y que encontró en la escuela un centro de sufrimiento, en lugar de uno de aprendizaje y diversión.
Su color de piel parecía ser motivo suficiente para que los matones de Rotorua Boys High School lo tomaran como objeto de cualquier tipo de burla y abuso. Fue así que se acostumbró al maltrato escolar hasta que un día decidió que las lágrimas no podían seguir siendo parte de su rutina.
Primero empezó un arduo trabajo que apuntó directamente al plano emocional, con largas sesiones en soledad encerrado en una habitación dándose ánimo: “Creo que estaba llorando en el espejo un día después de que me molestaran. Estaba molesto y simplemente hablé conmigo mismo y luego, finalmente, comencé a hacerlo… Lo he estado haciendo durante años”, contó en una entrevista en 2018 al sitio The New Zealand Herald, cuando explicó que actualmente sigue enfocándose de esa manera antes de cualquier combate.
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Este año comentó al talk show neozelandés The AM Show que aún recuerda a quienes se mofaron de él en el colegio: “Tengo a algunos de ellos en mi Facebook, para que puedan ver cómo estoy brillando. En mi cabeza, miro a mis matones. Aún los veo más grandes que yo, pero cuando vuelvo a Rotorua, pienso, ‘¿Yo te tenía miedo’?”.
Luego, a los 18 años inició clases de kickboxing, tras ver una película, y pudo así preparar su cuerpo para defenderse. De esa manera, con la mente y el físico encolumnados detrás de una idea, se encontró con que era realmente bueno en el arte de la lucha. Tanto es así que cosechó un récord de 32 victorias en igual cantidad de presentaciones como amateur y se unió a los 21 años se unió al City Kickboxing, un equipo de grandes peleadores dentro de esta disciplina. Para 2012 tuvo su debut en las artes marciales mixtas (MMA) y fue triunfo por nocaut técnico ante el australiano James Griffiths. A partir de allí hilvanó una racha de 11 victorias por la vía rápida que el abrieron las puertas de UFC, la compañía de MMA más importante del plantea.
Adesanya es ahora una de las máximas figuras del mundo de las artes marciales mixtas y según sus propias declaraciones tiene como objetivo enfrentar a los mejores de su categoría, por lo que no teme exponer su cinturón de campeón.
El peleador ahora cuenta con un récord de carrera de 20 victorias y ninguna caída, y además fue premiado con el premio Fighter of the Year y el premio a International Fighter. Como si esto fuera poco, tras su triunfo ante Costa, le avisó a Dana White, presidente de UFC, que quiere que los mejores de otros pesos se midan ante él para poder demostrarle a los fans por qué está donde está, por lo que su nombre se mantendrá en los principales portales del mundo del deporte durante un largo tiempo.
Con información de: Infobae.
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