Ella es Luzmileidy López, tiene 35 años y todos los días entra a los vagones del Metro de Caracas con una escoba, un tobo y un coleto, generalmente, en la Línea 1. A diferencia de otras personas que venden chucherías o piden dinero; ella limpia, y lo hace “orgullosamente”.
El tren cerró sus puertas con el característico pitido en La Hoyada. Extrañamente con aire acondicionado y poca gente, inició su recorrido cuando, casi a la par, Luzmileidy, con su voz dulce, entonada media-alta, pidió permiso a las personas, pues comenzó a barrer.
“Un permisito, mis amores. Voy pasando para barrer nuestro metro”, dijo. Nada de pena. Ella afirma que está haciendo algo positivo por su prójimo, y los pasajeros también lo entienden.
Una mancha por algún agua esparcida en el suelo del vagón llamó la atención de López, quien se percató de que se estaba encharcando todo a su alrededor. “Tenemos una mancha por aquí”, dijo, y acercó su tobo de pintura lleno de agua, desinfectante y dentro un coleto. Se dispuso a limpiar con el permiso de los presentes. Su tarea estaba hecha.
“Colaboro limpiando y barriendo los vagones del metro para que todos disfrutemos de un transporte limpio y digno, ya que nos presta la colaboración a muchos de nosotros”, señaló Luzmileidy a ND.
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“Acá no cancelamos un pasaje, pero colaboramos para tenerlo limpio. Aquí somos un equipo, yo barro, coleteo y las personas me colaboran tanto levantando los pies como con dinero, que eso lo uso para darle de comer a mis hijos, para pagar una habitación, para comprar todos los días la comida y productos para echarle al piso y limpiar”, señala.
Tiene tres hijos. Dos niñas de 5 y 7 años; y un varón de 8. Están estudiando, respectivamente en primero, tercero y cuarto grado. Contó que viven en Antímano, en una habitación donde paga a diario, y “por eso lucho cada día para poderme ganar el sustento honradamente y poderle ofrecer algo a mi prójimo como el transporte limpio”.
¿Por qué limpias el metro? Se le consultó, y ella con ojos brillosos y una sonrisa característica respondió:
“Porque hay poco mantenimiento. Yo colaboro limpiando. Barro y recojo la basura y paso coleto. Un tren en una vuelta se genera su propia basura. Manchas en el piso, basura de chuchería y viandas de comida. Todos somos un equipo, todos colaboramos para que nuestro metro esté limpio, tanto como los usuarios que viajan, como yo, que orgullosamente hago el trabajo y con la ayuda reúno para la habitación, para la comida y honradamente puedo darle de comer a mis hijos”, indicó.
Ya no hay limpieza
Para conocer sobre la limpieza en el Metro de Caracas, consultamos de nuevo al miembro de MetroComunidad, Jesús Hernández, quien confirmó que en efecto ya no hay mantenimiento pero debido a la falta de trenes.
“Son muy pocos los trenes que se están limpiando porque al haber pocos, en oferta, hay pocos de reserva que se pueden limpiar, entonces las limpiezas durante el día son escasas y en la noche no se hacen por el poco personal disponible”, explicó.
Recordó que el mantenimiento de la empresa estaba en manos de compañías privadas que fueron desapareciendo; luego se encargaron los consejos comunales, quienes también se eliminaron.
Finalmente, cuenta Hernández, los miembros de esos consejos y otros que quedaron como contratados de las empresas privadas, pasaron a ser personal del metro para la limpieza.
“Lamentablemente, aunque vemos trenes medianamente limpios y otros no, los trenes disponibles están mayormente sucios, sin contar que ahora hay buhoneros revendiendo sus caramelos. Ya no se puede realizar la limpieza porque no hay trenes. Lo poco que se hace se hace de noche con los pocos que quedan”, criticó.
De cualquier forma, Luzmileidy recalca su amabilidad y cada día agarra su escoba para mantener medianamente limpios los trenes que, en medio de una pandemia, transportan a más de un millón de personas a diario.
A continuación un video de Luzmileidy en plena faena:
Con información de: Noticiero Digital
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