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Estudiante venezolano fabrica trípodes para pagar sus estudios

Alejado de los flashes de las grandes producciones, un grupo en constante crecimiento de cineastas, documentalistas y artistas intervienen Caracas. Se dedican a crear obras ancladas al día a día de la ciudad cada vez que pueden. Juan Salvador Carmona pertenece a ese círculo de artistas desde muy pequeño.

Su vida cambió en 2012, cuando a los 13 años de edad decidió participar en un taller de cine que impartieron estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en el colegio donde él estudiaba, Fe y Alegría de Monterrey, en el municipio Baruta. Con los años, ese taller se convertiría en la Fundación Plano Creativo y Juan Salvador pasaría a ser uno de sus miembros fundamentales.

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Desde su primer taller con la fundación, a Juan Salvador le interesó la realización audiovisual y se ha mantenido realizando producciones y distintas creaciones con el apoyo de otras personas y, usando lo que tiene a la mano, en varios proyectos personales.

En la fundación, Juan Salvador aprendió y se enamoró de la realización audiovisual, lo que lo impulsó a estudiar Comunicación Social en la UCAB; sin embargo, los precios del semestre eran muy altos. Fue entonces cuando la necesidad despertó al ingenio y lo que surgió como un proyecto personal se convirtió en una vía para poder pagarse los estudios.

Para 2019 los precios de la universidad aumentaron y a Juan Salvador se le hacía cuesta arriba costear su educación. Pero sus proyectos personales lo mantenían con la moral alta, y fue de uno de ellos de los que sacó una idea para costearse la universidad: la fabricación de trípodes artesanales.

Todo empezó porque para ese año Juan Salvador se había embarcado en un proyecto para sus redes sociales que consistía en registrar su día a día para mostrar la sensibilidad dentro de lo cotidiano, pero su pulso a la hora de grabar no es el mejor, confesó riendo para El Diario. Además, no disponía del dinero necesario para comprar un trípode, así que decidió fabricarlo él mismo.

Trípode artesanal de madera

“Sabía que un trípode se podía hacer con madera porque los primeros trípodes eran de ese material. Mi papá es carpintero, aquí teníamos. También las herramientas para hacerlo”, explicó Carmona.

Crearlo no fue tarea fácil. Buscó muchos videos tutoriales, no solo de trípodes, sino de lámparas, banquitos, caballetes, muebles, burritos, soportes. Cualquier estructura que tuviera una función similar a la de un trípode hasta conseguir un prototipo que sirviera. Decidió bautizarlo “El chistosito”.

Con información El Diario


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