Desde el 2019 se lleva a cabo en Venezuela la actividad comercial denominada “Black Friday” una celebración que carácter internacional que ahora la nación caribeña ha tomado como una tradición en medio de la crisis.
“El viernes negro” como es también conocida esta actividad, se originó en Estados Unidos en la década de los 60 y se celebra todos los 26 de noviembre. En este evento los comercios ofrecen descuentos considerables, lo que hace que los consumidores se acerquen a las tiendas y grandes centros comerciales de forma presencial para conseguir hacerse con los mejores descuentos.
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Y aunque en Estados Unidos el “Black Friday” dura solo un día, en Venezuela puede mantenerse hasta por una semana. Esto, debido a la actual condición económica del país que ha reducido el poder de comprar de los venezolanos.
Por segundo año consecutivo, los comerciantes deberán adaptarse a las medidas de bioseguridad contra el covid-19 y sacar el máximo provecho de la flexibilización de la cuarentena anunciada por la ministración de Nicolás Maduro para todo el país hasta el 1 de enero.
“La vez pasada adelantamos la fecha (del Black Friday) porque estábamos en el 7+7 y esta vez esperamos hacerla ajustada a la fecha internacional, y será a finales de noviembre (…) Quedará a criterio de cada centro comercial si la extiende toda la semana”, dijo a Unión Radio Claudia Itriago, directora ejecutiva de la Cámara de Centros Comerciales.
Exportación y dolarización
La celebración de este evento comercial en el país contrasta con algunos indicadores económicos que expresan una realidad opaca contraria a la que se busca mostrar en el Black Friday, pues Venezuela aún sigue reflejando cifras económicas alarmantes.
En este mes de noviembre Venezuela alcanzó los 47 meses en hiperinflación, y según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) la nación ha alcanzado este 2021 un 76,6% de pobreza extrema.
El país podría alcanzar este año tres récords: La mayor inflación (Hiperinflación), la mayor caída del Porducto Interno Bruto (PIB) y la mayor tasa de desempleo del planeta, según datos del FMI.
A todo este escenario hay que sumarle la dolarización de facto que ha surgido en los últimos años en el país. Según datos de la Econalítica, 67% de los pagos de bienes y servicios son en divisas.
21.612 transacciones en 360 comercios, en 10 ciudades del país sudamericano, reveló que en las capitales de tres estados, un 90% de las adquisiciones de insumos fueron en moneda extranjera, según una medición realizada entre el 15 y 19 de marzo del presente año por Ecoanalítica.
Con informaciòn de: Punto de Corte
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