La comunidad científica advierte sobre una catástrofe ambiental irreversible en Venezuela, específicamente en las costas del estado Carabobo donde se encuentra la Refinería El Palito. Y es que la reactivación de este centro de procesamiento de crudo, si bien era vital para los planes de incremento de la producción de PDVSA; de acuerdo con expertos, le está pasando una altísima factura al medio ambiente.
Una catástrofe medioambiental parece ser el coste para lograr una exportación récord de barriles de petróleo por parte de PDVSA.
“La prioridad es producir gasolina, y aparentemente en esa prioridad no consideran los procedimientos y los cuidados necesarios a la hora de la producción”.
Con más de 700 mil barriles de petróleo exportados en octubre, según la agencia de noticias Reuters, la estatal de petróleos venezolana habría alcanzado su máximo anual. Un hito posible gracias al acuerdo de canje entre Teherán y Caracas de condensado persa por crudo venezolano, que habría permitido reactivar la producción de PDVSA a espaldas de las sanciones de Estados Unidos.
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Sin embargo, imágenes satelitales mostrarían el lado oscuro de este acuerdo, que habría coincidido con la reactivación, en septiembre, de la refinería El Palito, ubicada en el estado Carabobo y que es una de las más conocidas del país no sólo por su envergadura, sino por sus frecuentes derrames de petróleo.
“Hay problemas en la parte central de Venezuela donde hay derrames continuos, repetidos, muy grandes y graves; desde refinerías como la refinería El Palito, en donde han tratado de… de que la refinería vuelva a caminar y no lo han logrado muy bien y salen manchones de petróleo hacia el Caribe”.
A principios de año, el ministro de petróleo de Venezuela, Tarek el Aissami, anunció un plan para aumentar la producción hasta 1.3 millones de barriles diarios. Un objetivo difícil de conseguir, según los expertos, debido al estado actual de la industria petrolera.
“No se puede pensar que vamos a tener una buena gerencia de producción si no te incorporas a la de mantenimiento”.
Según las fotografías desde el espacio, las constantes fugas petroleras en la refinería El Palito estarían dejando huella en el ecosistema local.
Los biólogos temen que mientras el Gobierno de Nicolás Maduro siga encontrando vías para aumentar la producción en una industria petrolera que consideran obsoleta, la biodiversidad marina en el noroccidente del país podría sufrir daños irreversibles y lamentables. Carolina Valladares, Venezuela 360, Voz de América, Washington.
Con información de: Voz de América
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