El británico Sam Sunderland (GasGas) está a un paso de lograr su segunda victoria general en el Rally Dakar (ganó en 2017) tras haber hecho valer la estrategia en la undécima y penúltima etapa, en la que el argentino Kevin Benavides (KTM) pasó de las lágrimas de la víspera a la sonrisa de un triunfo parcial.
El piloto sudamericano, campeón de 2021, se reenganchó al Dakar gracias al nuevo reglamento de la Federación Internacional de Motociclismo, con 16 horas de penalización después de tener que abandonar la etapa 10 por un problema mecánico, y fue el único que pudo mejorar en meta el registro de Sunderland.
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El de Southampton, de 32 años, marcó un ritmo imponente en la especial que comenzó y acabó en Bisha y, tras suceder en el liderato a su cuñado, el francés Adrien Van Beveren (Yamaha), ahora solo tiene por delante la misión de controlar la última etapa, de menos de 200 kilómetros, con el hándicap de que esta vez sí tendrá que abrir pista.
Eso le tocó a Toby Price (KTM), ganador el miércoles, en la etapa que se presentaba como la más dura del Dakar. Los que abrían pista, entre ellos el español Joan Barreda (Honda), se vieron muy perjudicados y perdieron todas las opciones de título.
Barreda, que en la décima jornada se vio perjudicado por una sanción de dos minutos, partió desde la tercera plaza, y a 8’47″ del líder, el francés Adrien van Beveren, quien contaba con una renta de 5’15″.
El austríaco Matthias Walkner (KTM), que había perdido el liderato -pasó a la cuarta plaza en la general, a 8’24″-, y Sunderland -tercero por detrás del chileno Quintanilla (Honda) y a 5’59″- tenían ventaja para protagonizar la remontada al salir desde la vigésimo sexta y decimoséptima posición, respectivamente.
La estrategia estaba clara para ambos. Walkner contaba, además, con la cobertura del vigente campeón, Kevin Benavides, en su reenganche al Dakar.
El austríaco marcó el mejor tiempo en el primer punto de control (km.43), con 24 segundos sobre Sunderland y 47 respecto a Quintanilla. Van Beveren se dejaba ya 13’09″ y el liderato, que pasaba a manos del chileno. Barreda, que ha competido con una lesión de clavícula, perdía 2’04″.
El castellonense se enfrentó al más difícil todavía. Tras haber dejado atrás a Price y al argentino Luciano Benavides (Husqvarna), le tocaba abrir pista y al paso por el kilómetro 127 cedía 9’01″ respecto al mejor tiempo, el de Sunderland. Quintanilla se dejaba 2’48″ y el británico cogía el relevo en la general provisional. No lo soltó.
El de GasGas mantuvo el tipo, al tiempo que Barreda se quedaba sin opciones de pelear por las primeras posiciones. Su Honda estaba a 13’39″ a los 169 kilómetros. Kevin Benavides marchaba segundo en la etapa a 25 segundos de Sunderland y Walkner era cuarto a 3’45″. Quintanilla también empezaba a decir adiós a sus posibilidades de triunfo, a casi siete minutos.
Como un reloj, a velocidad de crucero, Sunderland, que este año había ganado la octava etapa y ya había estado seis etapas al frente de la general (todas entre la segunda y la novena menos la séptima), se mostró intratable salvo para Benavides, que se llevó el triunfo parcial por cuatro segundos.
Barreda se dejó más de 25 minutos -es quinto en la general a 27’54″- y Walkner fue cuarto a 4’54″, un puesto peor que el que tiene en la clasificación del Dakar, en la que está en el podio a 7’15″ de Sunderland, pero a solo 23 segundos de Quintanilla, segundo con una desventaja de 6’52″ respecto al británico.
Con información de Portal de Noticias
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