Millones de personas en el mundo son víctimas de abuso sexual en la infancia y adolescencia, ocasionándoles severas consecuencias a nivel psicológico y condicionando de éste modo el resto de sus vidas. El abuso sexual es un problema a nivel mundial que ha ocurrido desde tiempos antiguos, por lo tanto debe entenderse como un fenómeno tan antiguo como la humanidad y no como una característica peculiar de la sociedad moderna.
Por Rina López / Psicólogo
Considerado por las Naciones Unidas como el «crimen encubierto más extendido en la humanidad» es posible que en los últimos tiempos escuchemos con más frecuencia sobre casos de abuso sexual; y a pesar que esto puede ser resultado de la visibilización del problema a través de las redes sociales, es importante conocer y divulgar con más fuerza, algunas herramientas de apoyo que permitan a las familias y a la sociedad en general prevenirlo.
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El abuso sexual en la infancia y la adolescencia se define como la exposición a experiencias sexuales inapropiadas para la edad y para el nivel de desarrollo físico o emocional del individuo, de forma coercitiva y para satisfacción sexual; la mayoría de las veces, de un adulto (Academia Americana de Pediatría).
Algunos datos
- Alrededor del 71% de niños de casos de abuso sexual, se encuentran entre 1 y 12 años de edad. Ocurre con más frecuencia entre los 7 y 12 años.
- Una de cada 3 niñas y 1 de cada 7 niños han sido abusados sexualmente, antes de cumplir los 18 años de edad.
- En el 80% de los casos, el agresor es un familiar o un conocido muy cercano.
- La mortalidad que guarda relación con el abuso sexual, es mayor en niños menores de 5 años.
- Entre el 70% y 80% de los casos, no son denunciados.
- De los casos reportados, tan sólo un 50% es confirmado.
- La mayoría de las veces las víctimas corresponden al género femenino, aunque se sabe que existe un sub-registro de las víctimas masculinas.
Señales de Abuso Sexual en niños, niñas y adolescentes
Lamentablemente no existe una tabla que permita enlistar todos los signos y síntomas que un infante o un joven puede mostrar en estos casos, sin embargo, hay algunos signos que deben considerarse de importancia debido a que evidencian cambios en el comportamiento habitual denotando malestar:
- Cambios en el comportamiento normal del sueño,
- Cambios en el control de los esfínteres o dificultad para regularlos.
- Cambios repentinos de humor: ira, miedo, llanto, inseguridad o inhibición excesiva o aislamiento.
- Cambio repentino en el apetito (aumento o disminución),
- Bajo rendimiento escolar,
- Conducta y comportamiento sexual exagerado no acorde a la edad,
- Cambios en las rutinas de higiene personal, otros.
- Claves para prevenir el abuso sexual en niños y adolescentes.
Ante esta situación, no podemos más que sensibilizarnos y difundir con más fuerza que la situación es real. Sepa que somos los adultos quienes tenemos la responsabilidad de proteger y cuidar a los niños y adolescentes.
Es necesario comprender que a pesar de que estando en sus primeros de vida, los niños tienen la capacidad para comprender ideas abstractas, en tal sentido, el trabajo de los padres y la familia en general, será educarlos en función de ciertos conceptos que le permitirán saber que son ellos los únicos que pueden mandar sobre su cuerpo.
Advierta sobre los peligros que supone relacionarse con adultos conocidos o desconocidos sin la debida supervisión de sus padres o maestros. Crear espacios que le permitan hablar con el niño o adolescente con confianza y sin que se sienta juzgado.
Recuerde la educación sexual a temprana edad. No se trata de ser explícitos, sino de hablar de forma didáctica y clara, utilizando conceptos sencillos y que no disfracen la realidad, tal como «pene» y «vagina». Igualmente, es apropiado hablar sobre el abuso y de personas que aprovechan su posición de mayor o de poder, para engañar y así ver o tocar partes de su cuerpo.
Fomente la comprensión del concepto de intimidad, o partes privadas. Así pues, eduque a los niños y adolescentes en el sentido común, citando cuales serían los casos excepcionales en los que un adulto puede tocar esas partes del cuerpo: un médico especialista. En todo caso, en absoluto nadie debe jugar con ellas.
Recuerde que lo más importante es mantener una buena comunicación con su hijo. Este sin duda es una de las herramientas que le permitirá prevenir el abuso sexual. Los niños deben saber que pueden y deben hablar con sus padres acerca de cualquier cosa que los haga sentir tristes, culpables, asustados o confundidos. Y finalmente, si usted piensa que necesita orientación o ayuda para abordar este y otros temas de salud mental, no dude en acudir a un profesional que le ayude a trabajar en ello.

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