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Las 12 posesiones más insólitas de la reina Isabel II

Algunas de las propiedades, objetos o títulos de la reina Isabel II del Reino Unido son ampliamente conocidos y a nadie sorprenden. Así, se sabe, tuvo seis residencias, la más conocida de las cuales es el Palacio de Buckingham, de descomunal tamaño, ya que posee 775 habitaciones, o el Castillo de Balmoral, su propiedad favorita de veraneo y, justamente, donde murió este 8 de septiembre.

También es conocido su megavestidor de más de 5.000 sombreros, su característico accesorio, una tiara de 1.333 diamantes u objetos de sus antepasados, como el cuaderno de bocetos de la reina Victoria.

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Pero hay otras posesiones mucho menos conocidas por el gran público, muchas de ellas realmente curiosas y que, en ocasiones, la monarca no las contabilizaba como de su propiedad privada, pero cuyos títulos le eran propios y ahora heredará su hijo, Carlos, próximo a asumir la sucesión.

1- Todos los cisnes mudos del río Támesis

La reina era una amante de los animales, sobre todo de sus perros, a quienes llevaba con ella a sus veraneos, y aún más especialmente de la raza Corgi, pero también de los caballos. Pero, además, por derecho real era propietaria de todos los cisnes mudos de las aguas abiertas de Inglaterra y Gales, aunque ejerció la propiedad en algunos tramos del río Támesis y sus afluentes. La propiedad de estos cisnes majestuosos y siempre asociados a la realeza la compartió con la Worshipful Company of Vintners y la Worshipful Company of Dyers, por un acuerdo que se remonta al siglo XV, cuando los animales se consideraban un manjar y se los criaba para llevarlos a la olla.

Los cisnes actuales no se matan y se cuentan cada año durante una actividad que dura 5 días durante el verano, conocida como Swan Upping, que tiene lugar en el Támesis entre Sunbury y Abingdon, Inglaterra.

2- Todos los delfines del Reino Unido que sean capturados

Según un estatuto de 1324, emitido durante el reinado de Eduardo II, establece que “el rey tendrá naufragios en el mar en todo el reino, ballenas y esturiones capturados en el mar o en cualquier otro lugar dentro del reino, excepto en ciertos lugares privilegiados”. La ley sigue vigente hoy y cubre no solo las ballenas y los esturiones, sino también los delfines y las marsopas, cuando se capturan dentro de las tres millas de las islas del Reino Unido.

Hasta hace poco poco tiempo, la Corona también tenía la mayor parte de los crustáceos salvajes de Escocia, pero eso luego recayó en la Marine Scotland.

3- La mitad de la costa del Reino Unido

Aquí es bueno aclarar que existe una corporación denominada Crown Estate que reúne las tierras y propiedades en el Reino Unido que pertenecen al monarca británico y que reúne “el patrimonio público del soberano”, que no es propiedad del gobierno ni parte del patrimonio privado del monarca.

A esta entidad pertenecen los paisajes urbanos que fueron propiedad de la reina, al menos en los papeles, e incluye sectores que, a primera vista pueden considerarse públicos, pero no lo son, aunque cualquier persona pueda caminar por allí. Entre las cosas más curiosas que integran el Crown Estate se encuentra “poco menos de la mitad de la costa alrededor de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte”. Esto incluye los parques eólicos.

4- Más de 200 bolsos Launer

Las conocidas carteras de la reina pertenecen a la lujosa marca del diseñador Launer, de Londeres. La prensa británica informó que cada uno tiene un costo aproximado de 2.500 libras esterlinas. Según el CEO de la casa, Isabel II llegó a tener unas 200 carteras de los estilos Royale y Traviata, que eran sus favoritas.

5- Un cajero automático privado

No se sabe cuántas veces lo usó porque era poco probable que la reina necesitara dinero en efectivo, posiblemente tampoco usara tarjeta de crédito. Pero por si le surgía la necesidad de algún dinero físico tenía un cajero automático en el en el sótano del Palacio de Buckingham, cortesía del banco Coutts, una entidad que trabaja con el patrimonio de la familia real.

6- El mejor lugar del Wimbledon Stadium

La reina no era una espectadora frecuente del tercer torneo de Grand Slam del tenis internacional, pero siempre contó con un asiento especialmente para ella. Uno de sus pocos pero recordados pasos por las gradas del tradicional estadio fue en 2010 cuando sorprendió a la multitud al presentarse para ver jugar al escocés Andy Murray, era la primera vez que lo hacía en más de 30 años. El Palco Real está ubicado detrás de la línea de fondo sur de la cancha principal.

“Hay una opinión, entre los que han asistido al Palco Real, de que es una de las experiencias más especiales en el deporte”, dijo Alexandra Willis, jefa de comunicaciones, contenido y digital en The All England Lawn Tennis Club a New York Times en 2017. “Es por el hecho de que es solo por invitación, no puedes simplemente decidir que es algo a lo que quieres asistir”. Aunque la reina puede no ser la mayor admiradora del deporte blanco —allí sí que se sigue jugando de blanco—, Kate, la Duquesa de Cambridge, es una usuaria frecuente del Palco Real.

7- La Torre de Londres

Difícilmente si se visita Londres se obviará la famosa Fortaleza de la Torre situada a orillas del Támesis. Es otra de las posesiones de la Reina por derecho de la Corona. La propiedad, que data del siglo XI, ha jugado un papel muy importante en la historia real y sigue siendo una de las atracciones turísticas más visitadas de la capital británica. Y todo perteneció a la reina Isabel, incluidas las joyas de la corona y, por extensión, la famosa bandada de cuervos de la Torre. Ahora pertenece a Carlos.

8- Dos tortugas de las Seychelles

Otra curiosa propiedad de la monarca fue un regalo que se llevó a su país de un viaje. Se trata de dos tortugas gigantes nativas de Aldabra que, seguramente por la expectativa de vida que tienen, la sobrevivirán muchos años. La ofrenda la recibió durante su visita a las islas Seychelles en 1972. En un primer momento fueron alojadas en el Zoológico de Londres, pero luego fueron reubicadas.

9- Cuatro récords mundiales Guinness

La Reina recibió cuatro títulos de récord mundial Guinness. Fue la monarca en el cargo más antigua del mundo. A partir del 9 de septiembre de 2015, el reinado de Isabel superó al de su predecesora, la reina Victoria, que había durado 63 años, siete meses y tres días desde el 20 de junio de 1837 hasta el 22 de enero de 1901. Isabel II llegó al trono el 6 de febrero de 1952 tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI.

Su Alteza Real fue en 2016 la monarca actual más anciana. El poseedor del récord anterior, el rey Abdullah Bin Abdulaziz Al Saud de Arabia Saudita, había muerto el año anterior a los 90 años.

Fue récord también como la reina más rica del mundo. En abril de 2012, el Sunday Times estimó su riqueza se estimaba en 310 millones de libras esterlinas (504 millones de dólares). Las bellas artes, las joyas y las propiedades en Inglaterra y Escocia fueron solo una parte de la enorme fortuna personal de la Reina.

También fue Guinness porque su imagen aparece en las monedas de al menos 35 países diferentes, más países que cualquier otro monarca vivo.

10- Poseía su propio diseño de tartán

Gracias a sus raíces escocesas, la familia real británica en su conjunto tiene su propio estilo de tartán —también conocido como tela escocesa—, llamado “Royal Stewart”, que aparentemente fue el tartán oficial de los miembros de la línea real británica actual desde finales del siglo XI.

Pero, la reina fue la única propietaria de un patrón de tartán gris, negro y rojo, llamado Balmoral, que fue diseñado por su tatarabuelo, el príncipe Alberto, en 1853. Incluso los miembros de la la familia real técnicamente tiene que pedirle permiso a la reina para usarlo.

12- Una colección masiva de Fabergé

La reina era una sofisticada coleccionista de distintos objetos, como autos, por ejemplo. Una de sus colecciones eran huevos Fabergé y otros accesorios del famoso orfebre. La colección fue iniciada por la reina Alexandra y Eduardo VII alrededor de fines del siglo XIX y comienzos del XX y ahora se estima que incluye unas 600 piezas. Muchas de las piezas se han expuesto al público, incluida una cigarrera azul que una de sus muchas amantes, Alice Keppel, le regaló a Eduardo VII. Tras la muerte del rey, su viuda, la reina Alexandra, devolvió el objeto a Keppel.

12- Un disco de oro

Es posible que nunca se sepa si la reina tuvo habilidades de cantante, pero sí que recibió al menos un disco de oro. En 2002, la familia real celebró los 50 años de Isabel en el trono con una celebración del Jubileo de Oro, que se completó con un concierto repleto de estrellas que se llamó Fiesta en el Palacio.

Más tarde, EMI lanzó un CD del concierto, que vendió 100.000 copias en su primera semana de lanzamiento. La reina recibió un disco de oro en honor a este logro, lo que la convirtió en el único miembro de la familia real en ganar ese galardón de estrella de rock.

Con información de La Patilla


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