Al filo de la madrugada, sobre las 6 am de este domingo, a las puertas de un concurrido bar en Trinidad y Tobago llamado Republik, cuatro deltanas se enzarzaron en una brutal pelea en la que salieron a relucir picos de botella, ocasionando serias heridas a una de las contendoras.
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La reñida lucha tuvo un inusual ingrediente, a pesar de lo que muchos pensaron, no se trató de un duelo por el amor de un caballero ni una disputa por dinero, tuvo raíces más profundas, había vínculos sentimentales entre las 4.
En una especie de enfoque matemático, la madre de A (C.R.L.P.) en compañía de la actual pareja de A (J. M. A. M.), presuntamente agredieron a la expareja de A (J.O.). La joven y atractiva A, quien estaba presente, intentó separarlas y terminó envuelta en la riña.
El duelo trajo serias consecuencias al punto que agentes de policía están tras la búsqueda de las personas involucradas.
Una de las supuestas agresoras, madre de A, fue policía en Tucupita y habría acudido a vengar la afrenta cometida sobre su hija en forma de comentarios que la mancillaban. La actual pareja de A, fue a ratificar su desamor por la dama lesionada a quien llamaremos B, y A, la manzana de la discordia, fue jalonada en medio de la tormenta por meterse.
Al final de la trifulca, B resultó afectada con profundas cortadas que ameritaron su hospitalización y le dejarán cicatrices físicas además de las del alma. Y como a toda historia de amor y desamor nunca le faltan hilos, apéndices ni colores rosa, un conocido gay tucupitense se entrometió y la furibunda expolicía le hizo advertencia de las consecuencias.
Ojala el asunto termine allí y no siga contribuyendo a la fama de pendencieros que nos hemos ido ganando los deltanos en algunos sectores poblacionales empecinados en desprestigiarnos en Trinidad y a los que, con estos hechos, les damos razón.
Con información de Tanetanae
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