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Misterios de un buque de guerra neerlandés de 1656

Arqueólogos marítimos neerlandeses y británicos han establecido la identidad del Klein Hollandia, un buque de guerra construido en 1656 que participó en todas las batallas importantes de la segunda guerra angloneerlandes y que había sido localizado frente a la costa sur del Reino Unido por buceadores aficionados.

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La estampa con la que se toparon los buceadores a 32 metros de profundidad es la de un tesoro histórico: una preciosa jarra de Bellarmine decorada con una flor y un rostro de un hombre barbudo, con un color un tanto amarillento por el paso de los siglos, reposando en el lecho marino, cerca de los restos de un cañón de bronce del que asoma un pez anguila.

A su alrededor, el tesoro era aún más grande: sobre la arena descansaba una gran parte del casco de madera, más cañones, piezas de cerámica italiana, e incluso unas baldosas de mármol que procedían de las canteras de los Alpes Apuanos en el noroeste de la Toscana, y tenían como destino Países Bajos, donde se usaban para construir viviendas de lujo.

“La condición de los restos del naufragio es buena y podría ofrecer una gran cantidad de datos sobre cómo se construyeron los barcos neerlandeses del siglo XVII y las actividades de este buque de guerra durante su viaje final”, admite la Agencia de Patrimonio Cultural, parte del Ministerio de Educación y Cultura de Países Bajos.

UN BARCO GUERRERO

Los restos fueron descubiertos en 2019 frente a la costa sur de Inglaterra, pero no es hasta ahora que los investigadores confirman al gobierno neerlandés la identidad del barco: es el buque de guerra Klein Hollandia (Pequeña Holanda, en neerlandés), construido en 1656 (naufragó 17 años después), propiedad del Almirantazgo de Rotterdam y testigo de todas las batallas importantes de la segunda guerra angloholandesa (1665-1667), según los expertos.

En 1672, el barco formó parte del escuadrón del almirante de Haese que escoltaba a la flota de Smyrna mientras navegaba desde el Mediterráneo hasta el Canal de la Mancha, en ruta hacia Países Bajos. En la Isla de Wight, en la costa sur británica frente a Southampton, fue atacado por un escuadrón inglés.

Una batalla feroz estalló el segundo día, el 23 de marzo, lo que provocó que el Klein Hollandia sufriera daños graves, y el comandante del barco, Jan Van Nes, muriera en combate.

El barco fue abordado y conquistado por los ingleses, pero poco después, cuando lo intentaron remolcar a la costa inglesa como trofeo, se hundió con marineros ingleses y neerlandeses a bordo.

Esa acción sorpresa del pequeño escuadrón inglés con el mando de Sir Robert Holmes y Sir Frecheville Holles contribuyó al inicio de la Tercera Guerra Anglo-Neerlandesa (1672-1674).

Buzos profesionales y voluntarios ayudaron a recolectar pruebas submarinas para identificar el barco, y, durante el año pasado, especialistas de la Inglaterra Histórica, la Agencia del Patrimonio Cultural de los Países Bajos (RCE) y la Sociedad de Arqueología Náutica (NAS) han estado trabajando en su identificación.

HISTORIA TANGIBLE

El Klein Hollandia se consideró una embarcación tan importante en el momento de su descubrimiento, que se le otorgó el nivel más alto de protección en virtud de la Ley de Protección de Naufragios de 1973, una legislación que este año cumple medio siglo y por la que solo los buzos con licencia pueden estar en el lugar del naufragio.

“Nos ha fascinado la variedad de material en el lecho marino. La impresionante cantidad de estructura de casco de madera, los cañones de barco, las baldosas de mármol bellamente cortadas, y los hallazgos de cerámica, apuntan a que se trata de un barco neerlandés de finales del siglo XVII que regresaba de Italia”, dijo Mark Beattie Edwards, director de la NAS.

Gunay Uslu, secretaria de Estado de Cultura de Países Bajos, aplaudió la cooperación internacional y con el Reino Unido en este tipo de descubrimientos y recordó que “con la investigación arqueológica marítima, cultural e histórica de naufragios como el Klein Hollandia, salen a la superficie historias y restos tangibles”.

“Esto proporciona conocimientos valiosos y perspectivas importantes en la historia compartida de nuestras naciones marineras. Lo que hemos aprendido sobre este naufragio específico proporciona información para el debate general sobre nuestros problemas pasados y actuales”, agregó Uslu.

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El naufragio se había clasificado por primera vez como una “anomalía” en el lecho marino durante un estudio hidrográfico en 2015 por parte de la Oficina Hidrográfica del Reino Unido, y descubrir ahora la historia del buque hundido, a partir de las investigaciones aún por llegar, abrirá otro capítulo fascinante en la larga historia marítima angloneerlandesa.

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