Los números presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre el referéndum consultivo sobre el Esequibo el 3 de diciembre no cuadran ni al derecho ni al revés; no hay presentación que valga que explique cómo numéricamente llegaron a 10.5 millones de votantes si la constante en todos los centros electorales fue la misma: vacíos o con poca afluencia.
Por Edward Rodríguez
En mi ejercicio periodístico, me levanté temprano ese día y me fui con mi hijo de 7 años a rodar bicicleta por la ciudad, recorrí 10 centros electorales y todos estaban igual de vacíos, llegué al último centro donde me tocaba votar y le dije a Lorenzo, acompáñame que vamos ejercer el derecho al voto, aún cuando no estaba del todo de acuerdo con el referéndum, no porque no se deba someter a consulta la soberanía sino, por el uso que Maduro hizo de ese derecho de los ciudadanos para tapar el proceso de Primaria presidencial de la oposición que se había efectuado exitosamente el pasado 22 de octubre y en el que sí se vio una masiva participación de los venezolanos dentro y fuera del país.
Para hacer corto el cuento como el proceso en sí, ingresé al centro, voté mis dos ‘Sí’ y mis tres ‘No’ en dos minutos. Las mesas estaban desoladas por lo que le pregunté a uno de los testigos ¿Cuántos votan aquí? me respondió: más de mil; pregunté de nuevo: ¿Qué número de votantes han acudido a esta hora a ejercer su derecho? me dijo: veintidos con usted; todo esto ocurrió a las 12.00 del mediodía. Con este relato pueden ir sacando sus conclusiones.
El chavismo castigó a Maduro ese día, el opositor no se movió de su casa excepto aquellos que fueron llevados por sus líderes que simpatizan con Nicolás.
Con quienes consulté que estuvieron cercanos al oficialismo y formaron filas de los gobiernos Chávez-Maduro, que ayudaron a crear ese proceso ideológico que se instauró desde hace 24 años, y que además conocen un poco al monstruo por dentro, me señalaron que hubo poca movilización e inversión de recursos y mucha presión a los trabajadores públicos para que fueran a votar bajo la amenaza de no ser despedidos si acudían a las urnas electorales.
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Recordando alguno de esos 30 procesos electorales que se han efectuado, la maquinaria del PSUV arrazaba en casi todo y en material propagandístico no se tenía comparación, el derroche de dinero era abrumador; ahora sólo se ven en redes sociales, mucho YouTube, medios del régimen y chaquetas para los funcionarios VIP. Logré ver una de esas tarimas de calle en vivo, y mi reflexión fue: a esta gente se le acabó el dinero, pues todo era muy precario.
¿Qué pasó entonces? ¿Por qué el chavismo dejó solo a Maduro? y la respuesta que encuentro lógica es que el chavismo se siente traicionado, perdió la esperanza, se le fueron sus familiares entre esos 7 millones y medio de migrantes que están rodando por el mundo y están como quien dice popularmente en Venezuela: comiéndose un cable, viven las penurias de todos por igual.
En el 2007 el chavismo perdió la consulta, aquellla que aceptó Chávez como “pírrica victoria de mierda”, claro venían de una victoria importante para ellos: la reelección presidencial del 2006 con mas del 60% de aceptación, o sea, su momento estelar.
Luego en el 2010 en las elecciones parlamentarias fueron sorprendidos al ver que la oposición avanzó y ganó mayor número de curules y en el 2015 si que quedaron en la calle al perder la Asamblea Nacional por paliza, lo que les complicó el juego de esa fecha en adelante.
El domingo 3 de diciembre de 2023, de acuerdo a los números que se conocen de las proyecciones de las encuestas, el referéndum consultivo sobre el Esequibo pudo alcanzar el 15% de participación, eso quiere decir menos de 2.3 millones de votantes.
Maduro y su entorno hoy ya saben cuánto en realidad tienen, o sea, de cuánto es el fulano ‘voto duro’, y lo más demoledor, saben que en una elección presidencial la derrota la tienen en la frente. Hay que tener en cuenta que la aceptación de Maduro está en el 14% según Delphos; mientras que Consultores 21 la ubica en 15%.
¿Qué viene ahora ? Maduro tendrá que ver cómo enamora nuevamente a su elector que ya no lo acompaña, que pareciera que le sigue fiel a su comandante Chávez y sería lo único que les quede, eso, si ya no se divorciaron del difunto.
Al entorno de Maduro y el PSUV les sale analizar a lo interno de lo que fue esa gran maquinaria, de momento dudo que pongan la fecha presidencial del 2024 si no sienten aunque sea un aire de posibilidad de triunfo. Lo dejaron solo, el rey está desnudo y no se ha dado cuenta.
Por Edward Rodríguez
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