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Descubre cuáles son tus zonas más erógenas

La mayoría de las personas piensa que los genitales es la única zona erógena del cuerpo, pero no es así. De hecho, también se puede llegar al orgasmo estimulando otras partes del cuerpo.

“El orgasmo es una experiencia más mental que física”, explica a CuídatePlus Nayara Malnero, psicóloga general sanitaria, sexóloga clínica y autora del libro Sexo a Distancia. 50 ideas, juegos y trucos para seguir disfrutando. Y esto es así porque “si no lo fuera no podríamos tener orgasmos mientras dormimos”.

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Según la experta, lograr que una relación sexual sea placentera depende mucho de la “situación mental” de cada persona, pero también “del conocimiento que cada uno tenga de su propio cuerpo”. Las zonas erógenas existen, pero son diferentes en cada persona por lo que “no hay fórmulas mágicas para dar placer”, aunque sí ayuda el hecho de conocer qué partes del cuerpo son, por lo general, las más erógenas.

Como explica en detalle Ana Blázquez, sexóloga de Proyecto Metamorfosis: Sexología y Terapia de Pareja, “nuestro cuerpo está envuelto por piel y por zonas altamente sensibles que nos pueden llegar a descubrir sensaciones altamente excitantes”. Estas son las llamadas zonas erógenas, es decir, “aquellas partes del cuerpo (que no son los genitales), que al ser debidamente estimuladas, producen un gran placer sexual”.

Estas partes del cuerpo “suelen tener un mayor número de terminaciones nerviosas o una mayor sensibilidad que permiten llevarnos al placer y a la excitación erótica”, afirma la experta.

La experta divide en dos, los tipos de zonas erógenas:

Primarias: En las personas con vulva, las zonas erógenas primarias serían el clítoris (cuyo fin es el placer y tiene más de 80.000 terminaciones nerviosas) y la vulva (con todas sus partes, labios externos, internos, entrada de la vagina, vagina, Punto G…). En las personas con pene, las zonas erógenas primarias serían el glande (una de las partes del pene donde más terminaciones nerviosas se concentran), los testículos y el tronco del pene.

Secundarias: En las zonas erógenas secundarias es donde la similitud entre hombres y mujeres se hace notable. Todo dependerá de cada persona, de sus gustos y de necesidades. Son zonas con mayor sensibilidad. Así, destacan, sobre todo, el cuero cabelludo, el cuello, la nuca, las orejas, los lóbulos de las orejas, los labios, el escote, los pechos, los pezones, los hombros, la cara interna de los brazos, las muñecas, la espalda, la parte final de la espalda, el culo, el vientre, la parte interna de los muslos y la corva de las rodillas.

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En cuanto a si todas las personas tienen zonas erógenas, la respuesta es sí, aunque no para todo el mundo son las mismas. Como se ha mencionado antes, todo dependerá de cada persona. “No depende ni del género ni de otra condición, todo va en función de lo que a cada uno le guste más”, matiza Malnero, aunque es habitual pensar que “las mujeres tienen unas zonas concretas y los hombres otras”.

Si dejamos a un lado las zonas erógenas primarias, “el resto de las zonas erógenas no dependen tanto del sexo de las personas, si no de lo sensible que se tenga esa zona y de la vinculación al estímulo positivo o placer que nos genere”, aclara Blázquez. La realidad es que “sí hay zonas erógenas que coinciden, sin diferencia del sexo que se tenga, pero todo dependerá de la persona, sus gustos, sus terminaciones nerviosas y su vinculación positiva y excitante con esa zona del cuerpo”.

Por ejemplo, “los lóbulos de las orejas pueden que sean zonas altamente erógenas para unas personas y para otras no, siendo incluso desagradable para estas”, señala Blázquez. Así mismo, “hay personas a las que les encanta que les toquen el pelo, la cabeza o la nuca y otros, sin embargo, lo odian”, añade Malnero.

Con información Cuídate Plus

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