Opinión

El voto es secreto (II)

Sobre este punto de que si el voto es secreto o no lo es tanto, he querido ser reiterativo; volver a machacar una y otra vez. Aunque estoy consciente de que la reiteración es una herramienta poderosa, debe usarse con cuidado, estratégicamente, pero en caso de que sea un punto de sumo interés y de mucha importancia debe utilizarse, pues esta es nuestra realidad. El fin último del secreto del voto aprobado en Venezuela en el año 1946 es conseguir que su expresión electoral sea libre e incondicionado, en el que sólo cuente la soberana voluntad del votante.

Averiguando sobre este tema me tropecé con Cepaz que es una organización que trabaja en la promoción y defensa de los valores democráticos, los derechos humanos y la cultura de paz en Venezuela. Allí ellos demuestran como muchos gobiernos se autodenominan democráticos, pero carecen de auténtica libertad de expresión, de poderes públicos independientes, de partidos políticos sólidos y de elecciones libres y transparentes, Venezuela dixit. Sin esas condiciones a pesar de que votemos, no se puede hablar entonces de democracia per se. Claro ejemplo de ello es la vigente situación venezolana con el denunciado proceso electoral ante las faltas evidentes de que el Estado no está proporcionando las mínimas garantías para la celebración de elecciones justas y legítimas.

Por Rafael García Marvez

A tan solo pocos días para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales del 28 de julio es el momento justo para dedicar la mayoría del tiempo a los arreglos que sean precisos hacer en los centros electorales o de cualquier otra índole: convenios políticos, por ejemplo. En general, todos aquellos acomodos o conciliaciones que tengan relaciones con este tema o similares. De estas referencias dependerá la victoria del 28 de julio.

De cualquier forma, en muchos sistemas democráticos la continuidad y la estabilidad son importantes. Pero donde quería poner el acento, resaltar, subrayar, marcar, después de este largo rodeo, es que los empleados públicos pueden votar con toda seguridad de que el voto es secreto y como consecuencia el régimen no tiene manera de saber por quién sufragó usted. Por otra parte, el nuevo gobierno está comprometido a respetar los cargos de los empleados públicos del gobierno anterior. De manera que nadie será removido de sus puestos por discrepancias políticas. Uno de los principios de la democracia radica en la libertad de expresión y en la libertad de acción y pensamiento. Actitudes como estas pueden contribuir a esa estabilidad tan necesaria para la convivencia, para la paz que brota de lo más profundo del alma de cada uno de nuestros compatriotas.

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En última instancia, es un equilibrio delicado entre la tradición y la adaptación. La eficiencia de los gobernantes es un tema crucial en la política y la administración. De manera que la auténtica eficiencia de un líder se mide no solo por lo que logra, sino también por cómo inspira y guía a su equipo hacia un objetivo común.

Por otra parte, desde el punto netamente electoral, léase bien, electoral, no hay dudas de que los sectores democráticos tienen el triunfo asegurado. Sin embargo, la unidad, las mejoras económicas para los trabajadores, la organización, los planes y proyectos para reflotar la atención médica, la salud, la educación, la seguridad personal y jurídica, y todas esas necesidades que están presentes en cualquier sociedad, deben sobreponerse a cualquier tipo de contrastes. Conjuntamente, el proceso electoral debe llevarse a cabo de manera libre, justa y transparente, identificando posibles irregularidades y emitiendo informes sobre el desarrollo de las elecciones…

Por Rafael García Marvez

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