El ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, rechazó de forma «enérgica» y «categórica» la postura esgrimida por 11 países de América en la que cuestionan la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia y piden una auditoría.
Gil, en compañía del equipo de la Cancillería, consideró tal pronunciamiento como una injerencia que estaría emulando el «nefasto, fracasado y derrotado Grupo de Lima», violando el derecho internacional al inmiscuirse en asuntos «que solo competen a los venezolanos».
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En ese sentido, indicó que Venezuela «exige absoluto respeto a su soberanía e independencia» por parte de «los más hostiles imperios» que quieren «ponerle las manos a los recursos naturales que no les pertenecen» a través de una política para estimular un cambio en la administración del país que es «típica» de golpes de Estado impulsados por Estados Unidos en la región.
A juicio de Yván Gil, los gobiernos que emitieron dicho comunicado están siendo cómplices de «la violencia criminal» durante las manifestaciones poselectorales, producto del «uso de bandas trasnacionales que fueron contratadas».
Por ello, el canciller dijo que se «pulverizará» esta nueva arremetida que quieren hacer imitando al Grupo de Lima y les dijo que aquellos que se meten con Venezuela, «se secan», dando a entender que terminan fracasando y en el olvido.
Los gobiernos de Argentina, Estados Unidos, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Costa Rica, Chile, Guatemala, Panamá, Perú y República Dominicana emitieron un comunicado conjunto este viernes 23 de agosto en el que rechazan de forma categórica la sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en la que ratifican la victoria de Nicolás Maduro.
En el texto, los 11 países reprochan la decisión del TSJ porque -aseguran- se está convalidando un proceso sin que se muestre el sustento que emite el Poder Electoral. Recuerdan que en días pasados ya habían fijado posición sobre el pronunciamiento del CNE y el conjunto de irregularidades cometidas en el proceso, tales como la prohibición a los integrantes de la oposición de estar en la sala de totalización, la no publicación de actas y la falta de las auditorías posteriores.
Por eso, estas naciones ratifican su postura de que se necesita realizar una auditoría «imparcial e independiente» de los votos y a las actas para así garantizar que se respete la voluntad de los venezolanos, al tiempo que manifiestan la intención de seguir insistiendo en que se respeten estos resultados.
Con información Tal Cual
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