Opinión

El 14 de febrero y el amor sonoro

El 14 de febrero, “día de los enamorados” o “día del amor” es mundialmente conocido como el “Día de San Valentín”, mártir por casar a soldados solteros, desobedeciendo al mandato del emperador Claudio II, quien creía que los soldados solteros eran más resistentes que los casados. Día explotado comercialmente para muchos, incluyéndome. Otros le añaden el apéndice de “…y de la amistad” tras llevar una vida sin copiloto. Sin embargo, más allá de las flores, regalos y cartas, esta jornada también ha sido testigo de importantes acontecimientos en la historia de la música. Desde la clásica hasta la venezolana, pasando por otros géneros musicales, el 14 de febrero ha marcado momentos trascendentales en la vida de compositores, intérpretes y estrenos de obras memorables.

Por Juan Pablo Correa Feo

Erich Fromm, en “El arte de amar” (1956), nos habló de los múltiples rostros del amor: el fraternal, que une a los semejantes; el materno, que cobija y protege; el erótico, que enciende la pasión; el amor a uno mismo, que sustenta la dignidad; y el amor a lo divino, que trasciende lo terrenal. Estos amores no son islas, sino hilos entrelazados en el tapiz de la existencia.

Mas el amor no se agota en ellos, pues florece en las más variadas devociones: el amor a la música, que eleva el alma; al dinero, que confiere poder o ataduras; al deporte, que vigoriza el cuerpo; a la naturaleza, que nos devuelve al origen; a las pertenencias, que guardan memorias; a los pasatiempos, donde el tiempo se disuelve. Así, el amor, en todas sus formas, es el pulso secreto que da sentido a la vida.

Ya en el tema musical, uno de los grandes nombres de la música clásica asociado al 14 de febrero es el compositor italiano Francesco Cavalli, nacido en esta fecha en 1602. Cavalli fue un destacado creador de óperas durante el Barroco, llevando el género a nuevas alturas con obras como “La Calisto y Ercole amante”. Su legado influyó en la evolución de la ópera italiana y consolidó Venecia como un centro operístico de renombre.

Como dato curioso, y también dentro del ámbito académico, el 14 de febrero de 1895 se estrenó la Sinfonía n.º 6 de Anton Bruckner en Viena. Aunque esta sinfonía no es la más interpretada de su catálogo, representa una pieza fundamental en su desarrollo como compositor sinfónico. Su lenguaje armónico y su majestuosidad orquestal han sido apreciados por generaciones de músicos y melómanos.

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En Venezuela, el 14 de febrero también ha sido una fecha relevante para la música. En esta jornada, se conmemoran importantes estrenos y contribuciones de artistas que han dejado huella en la identidad sonora del país. La música romántica venezolana ha encontrado en esta fecha una ocasión perfecta para la difusión de boleros y valses que han sido parte del repertorio popular.

Uno de los géneros que más ha estado asociado al Día de San Valentín en Venezuela es la música romántica interpretada por voces icónicas como Alfredo Sadel, Felipe Pirela y Simón Díaz. Temas como “Motivos” de nuestro Italo Pizzolante o “Ansiedad” de “Chelique” Sarabia han acompañado innumerables celebraciones de amor en el país y en el mundo hispanohablante.

Imposible pasar por alto la sublime “Desesperanza”, joya musical de nuestra carabobeña María Luisa Escobar, donde cada nota y cada verso encierran la más pura expresión del amor más puro, del amor materno, un sentimiento eterno que trasciende el tiempo y la distancia.

Ahora que resido en una de “las callecitas de Buenos Aires”, capital de Argentina, tierra de grandes compositores y músicos, también he encontrado en el 14 de febrero una fecha clave en su historia musical. Uno de los hechos más importantes transcurre dentro del ámbito del tango. El 14 de febrero ha sido una oportunidad perfecta para revivir clásicos como “El día que me quieras” de Carlos Gardel, una de las canciones más emblemáticas de la música argentina. No hay tango si no hay amor. Y más aún, la ausencia del amor, el despecho, el amor no correspondido. Este género, cargado de pasión y melancolía, ha sido la banda sonora de innumerables historias de amor y desamor. Desde aquí, el amor por la patria se vuelve más intenso o, mejor dicho, por “las patrias”: aquella en la que nací y que, aunque dejé atrás, siempre llevo conmigo, y la que me acogió con cariño, dándome un nuevo hogar. Entre ambas, mi corazón se divide y se une a la vez, sosteniendo recuerdos y gratitud a partes iguales.

Punto y aparte, en el mundo del pop y el rock, el 14 de febrero ha sido un día de lanzamientos y aniversarios significativos. En 1970, la banda británica The Who lanzó el álbum “Live at Leeds”, considerado uno de los mejores discos en vivo de la historia del rock. Este material capturó la energía arrolladora de la banda y se convirtió en un referente del género.

El 14 de febrero de 1984, Elton John lanzaba su canción “Sad Songs (Say So Much)”, un tema que, aunque habla de la tristeza, se ha convertido en un himno atemporal de resiliencia y emoción. En la misma línea, artistas como Bryan Adams y Whitney Houston han aprovechado esta fecha para estrenar baladas románticas que han marcado generaciones.

Esta fecha es más que una celebración del amor; es también una fecha llena de historia y significado en el mundo de la música. Desde el nacimiento de compositores hasta estrenos de sinfonías y lanzamientos de álbumes icónicos, esta jornada ha dejado una huella imborrable en la cultura musical global. Ya sea en la música clásica, la venezolana, la argentina o la internacional, el 14 de febrero sigue siendo un día donde la música resuena con fuerza, evocando emociones y memorias que perduran en el tiempo.

Por Juan Pablo Correa Feo


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