El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha condenado enérgicamente el nuevo ataque perpetrado por Rusia este miércoles (26.03.2025) contra infraestructuras civiles e industriales en las regiones ucranianas de Krivi Rig y Sumi, utilizando decenas de drones kamikaze.
En sus declaraciones, el mandatario ucraniano afirmó que la continuación de este tipo de bombardeos por parte de las fuerzas rusas es una clara demostración de que Moscú no está genuinamente interesado en alcanzar «una paz real» con Ucrania.
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Zelenski detalló que el ataque con drones causó daños significativos a instalaciones civiles e industriales en las regiones afectadas, lo que agrava aún más la ya precaria situación humanitaria y económica en el país.
El presidente ucraniano reiteró su llamado a la comunidad internacional para que condene de manera unánime estos actos de agresión y fortalezca el apoyo a Ucrania en su defensa contra la invasión rusa.
«Cada ataque de este tipo solo reafirma la necesidad de que nuestros socios nos proporcionen más sistemas de defensa aérea y el armamento necesario para proteger nuestro cielo y nuestras ciudades», enfatizó Zelenski.
El ataque con drones se produce en un contexto de intensificación de los combates en varias zonas del frente y a pesar de los llamados internacionales a una desescalada del conflicto.
Las autoridades ucranianas se encuentran evaluando los daños causados por el ataque y brindando asistencia a la población afectada.
Inicios de la guerra entre Rusia y Ucrania
Entre finales de 2021 y principios de 2022 el mundo vivió un vaivén de tensiones y escaladas entre Rusia y Ucrania, con más de 150.000 soldados rusos desplegados en la frontera y reportes de intercambios de fuego entre ucranianos y rebeldes prorrusos en la región de Donbás. La guerra parecía cerca, pero nadie podía creer que se repetiría precisamente en Europa; pero entonces, el 24 de febrero de 2022 Moscú finalmente desafió a todos los pronósticos e invadió el territorio de Ucrania.
Fue el inicio de un conflicto bélico a gran escala –el más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial– que cumple este lunes tres años, con escasas perspectivas de un final en el corto plazo y en medio de una violencia permanente que ha cambiado al mundo.
Este nuevo aniversario, sin embargo, se da en medio de una novedad: el flamante presidente de EE.UU., Donald Trump, ha tendido puentes con Rusia e iniciado negociaciones de paz en las que, sorprendentemente, no ha involucrado aún a Ucrania.
Todavía es temprano para anticipar dónde acabará este incipiente proceso de paz, pero Trump ya ha criticado con dureza al presidente de Ucrania, Volodmyr Zelensky, llamándolo “dictador”, y amenazado con quitar la ayuda estadounidense si no cedía los minerales del país. Zelensky, en cambio, dijo que Trump vive en un “espacio de desinformación”
Todo ello marca fuerte contraste con la posición de su antecesor, Joe Biden, que ofreció el apoyo militar y financiero de EE.UU a Ucrania desde el comienzo de la guerra.
¿Qué fue lo que pasó aquel 24 de febrero de 2022 para llegar a este momento?
Días antes de la invasión, Vladimir Putin, presidente de Rusia, había reconocido los territorios separatistas en Ucrania —Donetsk y Luhansk, controlados por rebeldes prorrusos desde 2014— y anunciado el envío de soldados a Donbás, avivando aún más las tensiones que se acumulaban desde los primeros reportes de movilizaciones de soldados rusos en la frontera, meses atrás.
Cuando en febrero Rusia finalmente atacó Ucrania, lo hizo desde Belarús, en el norte; desde territorio ruso, en el noreste y este; y desde Crimea, anexada en 2014, en el sur. Pero sus ofensivas en el norte, contra Kyiv, la capital ucraniana, y en el noreste, contra Járkiv, no cumplieron con sus objetivos ante la dura resistencia ucraniana —asistida por las armas enviadas por Occidente— y las fuerzas rusas empezaron a retirarse en marzo. Y, en el mar, el crucero de misiles Moskva, buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, fue hundido en abril por un misil ucraniano.
El ritmo de la guerra en sus primeros años fue vertiginoso: entre ofensivas rusas y contraofensivas ucranianas, varias ciudades cambiaron de manos, mientras los bombardeos rusos contra la infraestructura de Ucrania persistían.
Es importante entender que estos principios están interrelacionados y han evolucionado a lo largo del conflicto. La guerra en Ucrania es un evento complejo con múltiples capas de causas y motivaciones.
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