Hubert Montoya se echó a reír cuando el Departamento de Seguridad Nacional le envió un correo electrónico diciéndole que debía abandonar el país de inmediato o arriesgarse a las consecuencias de ser deportado.
AP/Telemundo
“Simplemente pensé que era absurdo”, dijo este abogado de inmigración de Austin (Texas), que es ciudadano de EE.UU.
Fue un aparente fallo en el desmantelamiento por parte del Gobierno del republicano Donald Trump de una política de su predecesor, el demócrata Joe Biden, que permitía a las personas vivir y trabajar temporalmente en el país. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) está revocando los permisos de dos años de quienes utilizaron la app CBP One para obtener cita en los cruces fronterizos con México. Este sistema permitió la entrada al país de más de 900.000 personas desde enero de 2023.
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La revocación de estos permisos no ha tenido la repercusión ni la formalidad de la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para cientos de miles de personas cuyos países de origen se consideraban antes inseguros para regresar, ni del parole humanitario para otros de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
A finales de marzo, los avisos de cancelación de la CBP One comenzaron a llegar a los buzones de correo sin previo aviso. Algunos indicaban a los destinatarios que se marcharan de inmediato, mientras que otros les daban siete días de plazo. Entre los destinatarios se encontraban ciudadanos estadounidenses.
Timothy J. Brenner, abogado nacido en Connecticut y residente de Houston, recibió la orden el 11 de abril de abandonar Estados Unidos. «Me preocupa que la administración tenga una lista de abogados de inmigración o una base de datos que estén utilizando para hostigar», declaró.
La CBP confirmó en un comunicado que emitió notificaciones de terminación del estatus legal temporal bajo CBP One. No especificó cuántas, solo que no se enviaron a todos los beneficiarios, que sumaban 936,000 a finales de diciembre.
La CBP indicó que es posible que se hayan enviado notificaciones a destinatarios no previstos, incluyendo abogados, si los beneficiarios proporcionaron información de contacto de ciudadanos estadounidenses. Está abordando estas situaciones caso por caso.
Los grupos de chat en línea reflejan miedo y confusión, lo cual, según los críticos, es el efecto deseado por el gobierno. Brenner afirmó que tres clientes que recibieron las notificaciones decidieron regresar a El Salvador tras recibir la orden de irse.
“El hecho de que no sepamos cuántas personas recibieron esta notificación es parte del problema. Estamos recibiendo informes de abogados y personas que no saben qué pensar sobre la notificación”, declaró Hillary Li, asesora del Centro de Acción por la Justicia, un grupo de defensa.
El presidente Donald Trump suspendió la CBP One para los recién llegados en su primer día de mandato, pero quienes ya se encontraban en Estados Unidos creían que podían quedarse al menos hasta que expiraran sus permisos de dos años. Las notificaciones de cancelación que recibieron algunos pusieron fin a esa sensación de estabilidad temporal. “Es hora de que salgas de Estados Unidos”, comenzaban las cartas.
“Es realmente confuso”, dijo Robyn Barnard, directora sénior de defensa de los refugiados en Human Rights First. Imaginen cómo se sienten las personas que ingresaron a través de ese proceso al escuchar, a través de los diferentes chats, rumores o capturas de pantalla de su comunidad, que algunos amigos recibieron la notificación y otros no.
Los abogados afirman que algunos beneficiarios de CBP One podrían tener aún un año para presentar una solicitud de asilo o solicitar otro tipo de protección.
Se han enviado notificaciones a otras personas cuyas órdenes de deportación están suspendidas bajo otras formas de protección temporal. Un juez federal de Massachusetts suspendió temporalmente las deportaciones de más de 500,000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos que llegaron desde finales de 2022 tras solicitar en línea con un patrocinador financiero y volar a un aeropuerto estadounidense por su cuenta.
María, una nicaragüense de 48 años que celebró la elección de Trump y llegó por esa vía, dijo que la notificación que le indicaba que se fuera fue como una bomba. Me paralizó.
María, quien pidió ser identificada solo por su segundo nombre por temor a ser detenida y deportada, dijo en una entrevista telefónica desde Florida que continuaría limpiando casas para mantenerse y solicitar asilo.
Con información de AP/Telemundo
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