Variedades

Fallece Jim Lovell, comandante del Apolo 13 y héroe de la exploración espacial

El legendario astronauta Jim Lovell, comandante de la fallida pero exitosa misión Apolo 13 y autor de la icónica frase «Houston, tenemos un problema», murió este jueves a los 97 años. La NASA confirmó su deceso en Lake Forest, Illinois, y lo recordó como una figura clave en la historia espacial.

Leer más Descubre cuando serán los dos eclipses que ocurrirán en un solo mes

La agencia espacial estadounidense lamentó la pérdida, destacando la valentía y el ingenio de Lovell, que transformaron una potencial tragedia en un triunfo de la ingeniería y la perseverancia. «Su serenidad y fortaleza bajo presión ayudaron a la tripulación a regresar sana y salva a la Tierra y demostraron la rapidez de pensamiento y la innovación que inspiraron las futuras misiones de la NASA», señaló la agencia en un comunicado.

Un pionero con cuatro misiones espaciales

Nacido en Cleveland, Ohio, en 1928, Lovell fue un piloto de pruebas naval antes de unirse a la NASA en 1962. A lo largo de sus ocho años en la agencia, completó cuatro vuelos espaciales, convirtiéndose en uno de los astronautas más experimentados de su generación.

Sus primeras misiones, Gemini 7 (1965), Gemini 12 (1966) y Apolo 8 (1968), allanaron el camino para que la humanidad llegara a la Luna. En Apolo 8, la primera misión tripulada en orbitar nuestro satélite, Lovell y su equipo se convirtieron en los primeros humanos en presenciar el «amanecer de la Tierra» desde la órbita lunar.

Apolo 13: La odisea del «fracaso exitoso»

El nombre de Jim Lovell, sin embargo, quedó inmortalizado por la misión Apolo 13 en abril de 1970. Dos días después del despegue, a más de 320,000 kilómetros de la Tierra, la explosión de un tanque de oxígeno en el módulo de servicio puso en peligro la vida de los tres astronautas a bordo. Fue en ese momento cuando Lovell pronunció la famosa frase «Okay, Houston… we’ve had a problem here», que se popularizó como «Houston, tenemos un problema».

Con el alunizaje cancelado, el objetivo principal pasó a ser uno solo: traer a los tripulantes de vuelta a casa. Los ingenieros en Houston, liderados por el director de vuelo Gene Kranz, trabajaron sin descanso para idear soluciones con los limitados recursos de la nave. El módulo lunar, diseñado para dos personas, se convirtió en un improvisado bote salvavidas para Lovell, Jack Swigert y Fred Haise, quienes enfrentaron escasez de agua, frío extremo y problemas técnicos para sobrevivir.

La hazaña de la tripulación y el equipo de control de misión, que combinaron ingenio y una gestión de crisis sin precedentes, permitió que los tres astronautas regresaran a salvo a la Tierra, consolidando a Lovell como un referente de liderazgo y resiliencia.

Jim Lovell se retiró de la NASA en 1973, dejando un legado que inspiró a generaciones. Su vida y su audaz determinación, como señaló la agencia, seguirán recordándonos el optimismo de los exploradores del pasado y del futuro.

Con información de Mundo

Seguir leyendo


Visítanos en Twitter e Instagram

Comentarios