El Gobierno de Nicaragua, liderado por los esposos y copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha intentado reclutar a periodistas independientes como “orejas o soplones” del Estado, según un informe divulgado este lunes por la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (Fled), integrante de la red regional Voces del Sur.
El documento, titulado Gobierno Ortega-Murillo intenta reclutar a periodistas independientes como «orejas y soplones» del Estado, recoge testimonios de comunicadores que permanecen en Nicaragua y que aseguran haber sido presionados por agentes policiales y allegados al Ejecutivo sandinista.
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La estrategia, según el documento, incluye la utilización de información personal y la amenaza de despojo de bienes. Una periodista, cuya identidad permanece en reserva por motivos de seguridad, relató una experiencia aterradora: fue detenida, subida a una camioneta e interrogada por oficiales. «Me mostraron documentos con pagos y contratos de medios nicaragüenses en el exilio. Tenían toda mi información», afirmó. Este nivel de detalle sugiere una vigilancia estatal exhaustiva.
Del interrogatorio a la amenaza
Los testimonios recogidos pintan un panorama de persecución sistemática. Otra comunicadora reveló haber sido amenazada con la pérdida de sus bienes si no revelaba información crucial sobre colegas exiliados en Costa Rica. La presión fue tal que se vio obligada a cambiar de domicilio para salvaguardar su seguridad.
Incluso aquellos que han abandonado el país no encuentran alivio. Un periodista identificado como Mateo aseguró enfrentar una “persecución constante” que le ha impedido retomar su labor profesional en el exilio. La coacción llega a tal extremo que a otro comunicador, tras ordenarle abandonar el país, le ofrecieron la opción de quedarse solo si aceptaba convertirse en informante del Gobierno de Daniel Ortega.
Otro caso muestra cómo un periodista fue obligado a firmar un libro de actas diariamente en una delegación policial local, solo para ser posteriormente presionado a espiar a sus compañeros bajo la amenaza de perder su vivienda si se negaba. Las amenazas no solo se centran en la vida profesional; una periodista narró ser intimidada sobre sus viajes de trabajo, con advertencias de que el Gobierno conocía sus entradas y salidas hacia Costa Rica, presionándola a informar no solo sobre otros periodistas, sino incluso sobre sus propios vecinos.
El Éxodo y el cierre de medios
Este clima de hostigamiento ha tenido un impacto devastador en la libertad de prensa nicaragüense. Entre 2018 y 2023, al menos 54 medios de comunicación han cerrado, cinco de los cuales fueron allanados y sus propiedades fueron confiscadas, incluyendo a diarios emblemáticos como La Prensa y canales como 100% Noticias, de acuerdo con la Fled.
Desde abril de 2018, la crisis política y social en Nicaragua ha impulsado el exilio de al menos 293 trabajadores de medios, en su mayoría periodistas, que han huido del país por razones de seguridad o han sido desterrados.
Esta situación se intensificó tras las controvertidas elecciones de 2021, donde Ortega fue reelegido para un quinto mandato junto a su esposa, Rosario Murillo, consolidando un régimen que sigue estrangulando las voces críticas e independientes.
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