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Cómo China está aprendiendo a usar la fuerza destructiva de los tifones para generar energía

La provincia de Guangdong, en el sur de China, está redefiniendo el futuro de las energías renovables al desafiar a uno de los fenómenos meteorológicos más destructivos del planeta: los tifones. Lejos de sus costas, en el mar Meridional de China, se alza un imponente paisaje de cientos de turbinas eólicas marinas que simbolizan la ambiciosa estrategia de China para alcanzar sus «metas duales de carbón» (máximo de emisiones antes de 2030 y neutralidad antes de 2060).

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Guangdong se ha convertido en un centro neurálgico para esta tecnología, albergando ya casi el 15% de todas las turbinas instaladas en el océano a nivel mundial, con planes de duplicar esta flota en los próximos cinco años.

El desafío: cosechar la fuerza del tifón

La clave del proyecto radica en convertir una amenaza recurrente y violenta en una fuente de energía constante. Los tifones, ciclones tropicales que azotan la costa asiática entre mayo y noviembre con vientos de 119 km/h o más (como el Tifón Ragasa, que alcanzó los 241 km/h), coinciden con las regiones chinas que poseen los mejores recursos eólicos marinos.

Según Zhu Ronghua, director del Laboratorio de Energía Eólica Marina Yangjiang, el desafío no es solo construir parques eólicos que puedan resistir estos vientos extremos, sino que también sean capaces de «aprovechar las ráfagas fuertes que anticipan sus llegadas».

La Innovación China: turbinas resistentes a clima extremo

Las compañías chinas se encuentran a la vanguardia mundial en la investigación y desarrollo de turbinas eólicas específicamente diseñadas para resistir los tifones, conocidas como turbinas «tipo tifón» o «clase tifón». La empresa MingYang Smart Energy, por ejemplo, ha desarrollado aerogeneradores capaces de soportar y operar durante eventos de categorías altas.

Estas turbinas son diseñadas bajo estrictos patrones nacionales e internacionales (como los de la IEC), que exigen resistencia a vientos promedio de hasta 198 km/h y ráfagas de hasta 290 km/h durante períodos breves.

  • Tecnología de Resistencia: Los fabricantes deben asegurar que las aspas, la torre y los cimientos soporten la presión extrema, la subida de las olas, las corrientes oceánicas y los cambios bruscos de velocidad y dirección del viento.
  • Apagado Inteligente: Cuando un tifón se aproxima y la velocidad del viento excede los límites operacionales seguros, los parques eólicos apagan sus turbinas remotamente o automáticamente. Sin embargo, sistemas de control avanzado les permiten reaccionar en tiempo real—como cambiar el ángulo de las aspas—para minimizar el impacto y evitar desastres como el ocurrido con el Súper Tifón Saomei en 2006, que destruyó 27 turbinas.

El objetivo estratégico del gobierno chino es claro: hacer del viento marino un pilar fundamental para cumplir con su compromiso de neutralidad de carbono, transformando una fuerza destructiva en una ventaja energética.

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