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El Louvre reabre sus puertas tres días después del robo de joyas

El Museo del Louvre, el epicentro mundial del arte y la institución museística más visitada del planeta, reabrió sus puertas al público este miércoles, apenas tres días después de haber sido víctima de un espectacular y audaz robo de joyas valoradas en más de 100 millones de dólares (88 millones de euros). La rápida reapertura del Louvre se produce en medio de una intensa polémica sobre las medidas de seguridad del recinto, obligando al gobierno y a la dirección del museo a dar explicaciones urgentes a la nación.

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El asalto, perpetrado el pasado domingo, duró apenas ocho minutos y fue ejecutado por un comando de cuatro individuos. Los ladrones lograron acceder a la histórica Galería de Apolo, donde se exhiben las Joyas de la Corona, utilizando un método digno de una película: estacionaron un montacargas en la vía pública, subieron hasta uno de los balcones y, con una sierra radial, abrieron una ventana para penetrar en la sala.

El vehículo, según la fiscal de París, fue obtenido mediante «un seudoalquiler para una supuesta mudanza», demostrando la planificación y el descaro del grupo criminal.

Nueve piezas de incalculable valor histórico fueron sustraídas, incluyendo una diadema de perlas que perteneció a la emperatriz Eugenia y un conjunto de collar y pendientes de zafiros de la reina María Amelia.

Si bien una corona fue abandonada durante la huida, el valor del botín restante es «extremadamente espectacular», aunque no comparable a su pérdida histórica, lamentó la fiscal.

Las autoridades han movilizado a más de un centenar de investigadores para dar con el paradero de los delincuentes, quienes, según advertencias oficiales, no lograrán el valor monetario de las piezas «si tienen la pésima idea de fundir esas joyas robadas».

Aunque el Museo de Louvre opera con normalidad, la Galería de Apolo permanece cerrada, custodiada por paneles grises, mientras que los primeros visitantes, ansiosos por acceder, expresaron su alivio por la reapertura. El incidente ha puesto al descubierto vulnerabilidades críticas en la protección del patrimonio.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha ordenado «acelerar» el refuerzo de los protocolos de seguridad museos. Por su parte, la ministra de Cultura, Rachida Dati, rechazó un «fallo de seguridad en el interior» del museo, desviando la responsabilidad a la falta de vigilancia «en la vía pública», lo que facilitó la instalación del montacargas.

La dirección del museo defendió la calidad de las vitrinas, instaladas en 2019, como un avance en seguridad, a pesar de los cuestionamientos. Este robo de joyas resalta una problemática ya conocida por la administración, según un informe preliminar del Tribunal de Cuentas francés que lamentaba el «retraso en el despliegue de equipos» de protección.

El Louvre se enfrenta ahora no solo a la recuperación de su patrimonio, sino al desafío de restaurar la confianza en su capacidad para custodiar los tesoros de la humanidad.

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