«Al ZURDO no le puedes dar un milímetro porque te destroza. No se negocia con los ZURDOS. No se negocia con esa…» Javier Milei
Las elecciones parlamentarias de este pasado domingo 26 de octubre en Argentina se convirtieron en un resonante espaldarazo para el gobierno de Javier Milei en la mayor parte de ese país. El mundo del espectáculo y las redes sociales fueron testigo activo de un giro político: el líder libertario y presidente Javier Milei derrotó al peronismo en las urnas electorales. Estos comicios definen, por eso, mucho más que la renovación en las bancas. Milei representa aproximadamente el 39.3% de la Cámara de Diputados, el 33.3% del Senado y un 38.0% del total del Congreso argentino. En estas elecciones de relevancia estratégica e incluso geopolítica, económica, Milei enfrentó la mayor prueba que se ha encontrado desde que asumió la presidencia con un peronismo haciéndole obstáculo, liderizado por la maquiavelizada ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, quien no compitió en estas parlamentarias y tampoco pudo votar, debido a la condena a seis años que recibió, ratificada por la Corte Suprema. Recordemos, Cristina está condenada por el delito de administración fraudulenta durante su gestión presidencial (2007-2015). Fue declarada culpable de perjudicar al Estado argentino en unos 500 millones de dólares mediante la concesión irregular de 51 obras públicas viales a un empresario cercano a su familia.
Robert Alvarado
Los analistas políticos argentinos han dicho que los resultados se debían, en parte, a una oposición fragmentada, que incluía a muchos de los mismos líderes repudiados por los votantes hace dos años cuando eligieron a Milei, el economista ajeno a la política que ganó popularidad al criticar a la clase política tradicional o parasitaria, quienes de nuevo se vieron con resultados electorales adversos, por una sencilla razón, Milei se paseo por la cancha sin contendor serio. En ese contexto, y como era lógico esperar, resultaron ganadores los candidatos del partido de Milei, que sumaron la mayoría de los votos en los comicios para renovar casi la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de acuerdo a los resultados oficiales. Por eso Milei, eufórico, no se cansa de gritar: ¡La libertad avanza!, sin omitir ¡carajo!, ya que su partido, valga decir, el partido del ultraliberal MIlei, fue la fuerza política más votada en el país y expandirá su bancada legislativa a partir de diciembre, cuando comience la segunda mitad del mandato presidencial.
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Si bien, seguirá sin tener mayorías propias, el gobierno podrá defender mejor su agenda en el Congreso y, según anunció el propio Milei, buscará acuerdos con algunas fuerzas para impulsar reformas. Hablando de acuerdos y alianzas, resulta obvio que Milei resultó victorioso en esta elección gracias al fuerte respaldo que recibió de la Casa Blanca, que inicialmente, en una etapa pre electoral, ha allanado los altibajos en la bolsa. De hecho, el pasado 14 de octubre fue recibido por el presidente de Estados Unidos, quien durante el encuentro volvió a destacar la gestión que ha desplegado desde su llegada a la Casa Rosada. Ese apoyo, en una etapa post electoral, se verá reflejada en la línea de crédito por 20.000 millones de dólares que desembolsará Washington para ayudar a recuperar a la economía argentina, golpeada por la volatilidad. Eso, sumado al compromiso de otros 20.000 millones provenientes de bancos privados. Intervenciones que buscan oxigenar las reservas del Banco Central y apuntalar un tipo de cambio cuya estabilidad depende en parte de la confianza política. En ese contexto, el propio Trump había condicionado el futuro del paquete de ayuda al desempeño electoral favorable de Milei, amenazando con suspender el auxilio en caso de un triunfo de fuerzas “socialistas o comunistas”. Estas declaraciones del inquilino de la Casa Blanca sumaron tensión en los mercados e introdujeron un elemento inédito de presión externa sobre la política argentina. Este acercamiento de Trump refuerza su promesa de colaborar en la estabilidad regional y, al mismo tiempo, redoblar esfuerzos para contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina. Un accionar, alineado con la política internacional de Trump, orientado al ordenamiento del mundo, propósito compartido por Milei como aliado en el continente americano.
Insisto, aunque con estos resultados electorales no se alcanza el quórum propio, el gobierno de Milei ha sentado las bases para alianzas promisorias, que, sin duda, no sólo son factibles, sino, que, desde ya, hacen estremecer a fuerzas políticas menguadas de la llamada tendencia progresista, cuyos estertores se vienen percibiendo cada día con mayor intensidad. Y es que la política, en este contexto, al igual que la economía, es una ciencia apoyada en científicos sociales con fortaleza política para generar estrategias y acciones orientadas a que el ciudadano de calle sienta y perciba cambios favorables en la calidad de vida. A decir verdad, en el equipo de Milei hay profesionales de primera línea, no como en gestiones anteriores integradas en su mayoría por pillos o saqueadores de las arcas públicas, empezando por la misma Cristina. Con todo lo mal que se nos quiera vender Argentina, en detrimento de los esfuerzos de Milei y su equipo de gobierno, estas elecciones evidencian asertividad tanto en lo macro como en lo micro en lo económico, social y político.
Para muchos, la historia política de Argentina no se entiende sin el peronismo. Puede que tengan razón, por ser un movimiento populista inseparable de la historia política argentina, con mayor razón cuando hasta el día de hoy sus militantes le hacen culto a la personalidad de Perón, una fuerza política igualmente inseparable del pillaje y el latrocinio, de la corrupción rampante, por lo cual recibieron una pela (en buena jerga coloquial) en estas elecciones parlamentarias, dando con ello mayor significación al triunfo de Milei y su equipo político, por haber desplazado precisamente a una fuerza política presentada erróneamente como necesaria o imprescindible, pero el sentir de la sociedad argentina mostro otra realidad, la de un cambio que se viene consolidando del lado de una “zurda” ultraliberal, liderada por un “boludo” nada convencional, por hace cosas fuera de lo común tanto en político como en economía y material social. ¡Peronistas RIP!
Articulo de opinión de Robert Alvarado
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