Nacional

Venezuela celebra el Día de Todos los Santos con José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles

Cada 1 de noviembre, los venezolanos, con esa fe que nos mueve, alzamos la mirada al cielo para conmemorar el Día de Todos los Santos. Es un momento especial, donde la Iglesia Católica honra a todos aquellos que ya gozan de la presencia de Dios, estén o no canonizados. Es una fiesta de la esperanza y un recordatorio de que la santidad es el camino a la verdadera felicidad, un mensaje que resuena profundamente en el corazón larense.

Leer más Alex Saab liderará el lanzamiento del primer minisatélite de Venezuela

Y es que esta celebración de la Iglesia triunfante se ilumina con un brillo patrio inigualable: por primera vez en nuestra historia, el país ve a dos de sus hijos, el Doctor San José Gregorio Hernández y la Santa Madre Carmen Rendiles Martínez, ocupar un lugar de honor en el catálogo de los santos.

Este hito, que ha llenado de emoción a la nación entera y ha sido recibido con especial fervor en el corazón devoto de Barquisimeto, transforma la visita a la iglesia y a los camposantos. Ya no solo recordamos a la abuela o al vecino ejemplar; ahora tenemos el privilegio de celebrar y pedir la intercesión de dos gigantes de la fe hechos en Venezuela, ejemplos de caridad y entrega que nos demuestran que la santidad no es una meta lejana, sino un camino posible que se recorre día a día en nuestras calles, hospitales y hogares.

Origen de una tradición milenaria

La raíz de esta conmemoración es profundamente religiosa. Aunque muchos la confunden con el Día de los Fieles Difuntos (que es el 2 de noviembre y se dedica a orar por las almas en el Purgatorio), el Día de Todos los Santos se remonta a hace más de mil años. Fue el Papa Gregorio III, alrededor del año 731, quien consagró una capilla en honor a todos los Santos, y luego el Papa Gregorio IV, en el siglo IX, unificó la celebración en la fecha que conocemos hoy: el primero de noviembre.

El objetivo, desde siempre, ha sido rendir homenaje a la «Iglesia triunfante», es decir, a aquellos que ya han alcanzado el cielo. No se trata solo de los santos con nombre y altar, sino de todos los que vivieron una vida de amor y fe.

¿Cómo se celebra en Venezuela?

Aunque no es una festividad tan ruidosa como otras celebraciones en el país, el Día de Todos los Santos se vive con solemnidad y recogimiento.

  • Misas y Oración: El epicentro de la celebración son, sin duda, las iglesias. Los creyentes asisten a misa, que en muchos templos es de precepto (obligatoria), para honrar a los santos y reafirmar su fe en la vida eterna.
  • Visitas al Camposanto: Aunque la afluencia suele ser mayor el día 2 (Fieles Difuntos), muchas familias aprovechan el 1° para adelantar la visita a los cementerios. Es una jornada para limpiar y adornar las tumbas de sus seres queridos con flores frescas, un gesto hermoso que une la memoria de los difuntos con la alegría de los santos en el cielo.
  • Devoción en el Hogar: En las casas, la tradición se mantiene viva con rezos y la simple acción de recordar a los parientes que ya partieron, pero que se esperan estén gozando de la gloria de Dios.

El toque de color

Y si hay un elemento visual que marca estas fechas, son las flores. Para los comerciantes del ramo en Barquisimeto, el 1° y 2 de noviembre representan, sin duda, una de sus temporadas altas. Las calles cercanas a los cementerios se llenan de color y movimiento.

Las ventas de rosas, lirios y crisantemos se disparan, con las familias buscando ese arreglo perfecto o el sencillo ramillete para honrar la memoria de los suyos. Es una tradición que, más allá del gasto, es vista como un acto de amor y respeto, un pequeño tributo que adorna el recuerdo de quienes ya no están físicamente.

Seguir leyendo


Visítanos en Twitter e Instagram

Comentarios