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Dimite Carlos Mazón un año después de riadas que causaron 229 muertos en España

Un año después de la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la Comunidad Valenciana y causó la trágica muerte de 229 personas, el presidente regional, Carlos Mazón, ha presentado su dimisión. La renuncia se produce en medio de una persistente ola de críticas por la gestión y la respuesta institucional a la catástrofe que sumió a la región en una profunda crisis.

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La decisión de Mazón, anunciada este fin de semana, llega en un momento de gran tensión política. Las riadas, ocurridas en noviembre del año anterior, se consideran uno de los desastres naturales más letales en la historia reciente de España. La magnitud de la tragedia y la posterior lentitud en la ejecución de las ayudas, la reconstrucción de infraestructuras y la atención a los damnificados generaron un clamor social que se tradujo en una intensa presión sobre el liderazgo regional.

Un Año de Cuestionamientos y Retrasos

Durante los últimos doce meses, el gobierno regional de Mazón ha sido objeto de constantes cuestionamientos, tanto por parte de la oposición política como de plataformas de víctimas y damnificados. Las críticas se han centrado principalmente en la supuesta falta de coordinación en las primeras horas de la emergencia y, posteriormente, en los retrasos burocráticos que han impedido que miles de familias afectadas recuperen la normalidad.

Aunque Mazón defendió en múltiples ocasiones la labor de los equipos de emergencia y el esfuerzo de la administración, reconoció en su anuncio de dimisión la necesidad de «asumir responsabilidades políticas» ante la magnitud del impacto que tuvo la DANA en la comunidad. Su salida busca, según fuentes cercanas, facilitar una nueva etapa que permita acelerar las tareas de recuperación pendientes y restaurar la confianza ciudadana en las instituciones.

El impacto de la DANA y la sucesión política

La DANA de 2024 dejó una huella imborrable, especialmente en las comarcas del sur de la comunidad, donde los ríos se desbordaron y las inundaciones arrasaron cultivos, viviendas e infraestructuras esenciales. La cifra de 229 víctimas mortales convirtió el evento en un símbolo de la vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes.

La dimisión de Mazón abre ahora un periodo de incertidumbre política en la Comunidad Valenciana. Se espera que en los próximos días se inicie el proceso para nombrar un nuevo presidente o presidenta regional, con el principal desafío de dar un impulso definitivo a las tareas de reconstrucción y ofrecer una respuesta eficaz y empática a la población que aún padece las secuelas de la catástrofe. La crisis ha demostrado que la gestión de desastres naturales se ha convertido en un eje central del debate político y social en España.

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