Un devastador terremoto de magnitud 6.3 sacudió el norte de Afganistán en la madrugada de este lunes, cobrando la vida de al menos 20 personas y dejando un saldo inicial que supera los 530 heridos.
El sismo, que sorprendió a la población mientras dormía, ha desatado una emergencia humanitaria y logística en varias provincias del país asiático, con la expectativa de que las cifras de víctimas fatales y lesionados sigan aumentando.
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El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) detalló que el movimiento telúrico se registró a la 1:00 de la madrugada, hora local. El epicentro fue localizado a escasos 22 kilómetros de la ciudad de Khulm, en la provincia de Balkh, y se produjo a una profundidad relativamente superficial de 28 kilómetros.
La combinación de magnitud y profundidad permitió que el temblor se sintiera con gran fuerza en la capital, Kabul, y en vastas zonas del norte y noreste, incluyendo Samangan, Kunduz, Takhar y Bamiyan.
Sharafat Zaman, portavoz del Ministerio de Salud Pública del régimen talibán, fue el encargado de confirmar las cifras preliminares de la tragedia. A través de un comunicado, Zaman informó que “534 personas han resultado heridas y más de 20 han perdido la vida como consecuencia del terremoto de anoche en las provincias de Balkh y Samangan”.
Esta confirmación pone en marcha un protocolo de emergencia nacional, enfocado en la respuesta inmediata a la crisis.
Las autoridades talibanes han movilizado equipos de rescate para evaluar los daños, especialmente en las áreas rurales más remotas y de difícil acceso.
Un factor que agrava la letalidad de este tipo de fenómenos en Afganistán es la vulnerabilidad de sus infraestructuras.
El país se ubica estratégicamente sobre una zona de colisión de las placas tectónicas india y euroasiática, lo que lo hace intrínsecamente propenso a sismos de alta intensidad. Sin embargo, la prevalencia de construcciones de adobe y la falta de infraestructuras sismorresistentes en las zonas rurales multiplican el riesgo de colapso y, consecuentemente, el número de víctimas fatales.
El gobierno ha advertido que el balance de muertos y heridos podría ascender drásticamente a medida que los equipos de emergencia logren restablecer las comunicaciones y acceder a las comunidades más afectadas, muchas de ellas temporalmente aisladas.
Hamdullah Fitrat, vicesecretario de prensa, ha difundido los números de contacto de los cuerpos militares para gestionar las emergencias y coordinar la ayuda, mientras la comunidad internacional observa de cerca la situación, en espera de una posible solicitud de asistencia urgente para atender a los cientos de damnificados.
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