El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha puesto en el centro del debate económico global las implicaciones de la volatilidad geopolítica, al sugerir que un acontecimiento significativo en Venezuela podría desencadenar una fuerte caída en los precios internacionales del petróleo.
Bessent, en recientes declaraciones, señaló que si la situación en regiones conflictivas como Venezuela, y también Rusia y Ucrania, experimenta cambios drásticos, el mercado energético podría ver una «caída drástica de los precios del petróleo», lo que se traduciría en una comercialización de energía más asequible.
La Administración de Estados Unidos, por su parte, ha mantenido una política de presión constante sobre el gobierno de Nicolás Maduro, utilizando una combinación de sanciones y, más recientemente, operaciones militares en el Caribe, justificadas bajo la lucha contra el narcotráfico.
La preocupación de Bessent sobre el impacto económico se produce en un entorno de alta tensión, donde las recientes advertencias aéreas a aerolíneas internacionales y los movimientos militares han puesto a la región en alerta máxima.
Reacción colombiana
Esta perspectiva, que apunta a un abaratamiento global de los precios del petróleo, ha generado una reacción inmediata en la región, particularmente en Colombia.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se pronunció enérgicamente en respuesta a la posibilidad planteada por el funcionario estadounidense y advirtió que un colapso en los precios internacionales del crudo, posiblemente asociado a una intervención militar estadounidense, provocaría la quiebra de la empresa estatal colombiana de petróleo, Ecopetrol.
Según el mandatario colombiano, este escenario llevaría a que los precios se desplomaran, dejando al petróleo pesado como monopolio árabe y llevando a Ecopetrol a números rojos, lo que subraya la extrema sensibilidad de los mercados energéticos suramericanos a cualquier variación en el statu quo venezolano.
Dualidad en Washington
Las declaraciones del Secretario del Tesoro reflejan la dualidad que enfrenta Washington: por un lado, mantener la presión política sobre Caracas, y por otro, gestionar las consecuencias económicas globales, siendo el petróleo venezolano un factor que, aunque limitado por las sanciones, aún ejerce influencia en los precios internacionales debido a su potencial de reactivación.
La postura de Bessent destaca cómo la crisis en Venezuela no es solo un asunto político-regional, sino un potencial catalizador de movimientos en los mercados energéticos mundiales.
Siga leyendo
- Juan Pablo Guanipa cumplió seis meses preso. Familia exige su libertad +Video
- Vente Venezuela denuncia la detención de 14 activistas solo en noviembre
- Aerolíneas venezolanas operan normalmente pese a suspensión de vuelos internacionales
- «Si pasa algo en Venezuela bajarían los precios del petróleo»
- Pedro Sánchez aboga por el respeto al Derecho Internacional en la crisis de Venezuela
Visítanos en Twitter e Instagram
