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Falsas promesas: Continua escases de combustible

El régimen de Nicolás Maduro implementó un nuevo esquema para la venta y distribución de combustible ya hace más de un año, y estableció precios diferentes para gasolina internacional y subsidiada, limitando el consumo mensual para cada tipo de vehículos.

Este esquema surgió con la promesa gubernamental de contener el problema de la escasez de producción petrolera en el país y satisfacer las demandas de consumo interno.

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Sin embargo, a un año de ese proyecto, persisten intensas colas en todas las estaciones de servicio en el país. Algunos usuarios pasan días en fila esperando a recibir gasolina, bien sea subsidiada o dolarizada.

Desde octubre de 2020, el ministro de Petróleo del régimen de Maduro, Tareck El Aissami, anunció que habilitarían 1.568 estaciones de servicio en el país para vender gasolina, como parte del plan de abastecimiento interno. En mayo, el Frente de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Ftpv) informó que actualmente sólo hay 536 estaciones de servicio recibiendo combustible de forma continua, un 30% del total, de acuerdo a información publicada por La Prensa de Lara.

Una realidad que es evidente en cada cola de las estaciones de servicio que venden tanto gasolina subsidiada como gasolina a precio internacional.

La mayor promesa del régimen de Maduro la hizo el ministro El Aissami el pasado 22 de junio, cuando aseguró que para finales de este mes ya no habría colas en las estaciones de servicio.

De acuerdo al ministro, se planteó que las refinerías del país produjeran el 100% de la demanda nacional de combustible. Además, aseguró a Bloomberg que el régimen prevé invertir 1.200 millones de dólares este año para reactivar la industria petrolera nacional y elevar la producción a 2 millones de barriles diarios.

Según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), Venezuela produjo en mayo 531.000 barriles de petróleo por día, y de ese total, al menos un 12% se destina a Cuba por convenios de la era Chávez-Castro.

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En el momento en que Maduro anunció el nuevo esquema se fijó un precio de 5.000 bolívares por litro para el combustible subsidiado y de 0,50 dólares por litro para la gasolina internacional.

A un año de ese anuncio, la devaluación hizo que esos 5.000 bolívares bajaran un 96%, es decir, de un estimado de 0,025 centavos de dólar por litro en junio de 2020, hoy cuesta 0,001 centavos, casi regalado.

De forma desproporcionalmente inversa, la gasolina internacional se incrementó un 1.483%. En junio de 2020, 0,50 dólares equivalían a 97.961 bolívares, mientras que, a cifras de este 30 de junio, ese mismo precio equivale a 1.613.971 bolívares. En junio de 2020 un conductor que surtiera 40 litros de gasolina pagaba 3,9 millones de bolívares, mientras que hoy día la misma cantidad cuesta poco más de 64 millones de bolívares.

La baja producción de combustible en el país hace que, además, el carburante subsidiado escasee, aumentando las colas y el tiempo de permanencia en ellas. Por ejemplo, de los 120 litros aprobados mensualmente para las unidades de transporte, solo están despachando 70, lo que es insuficiente para que un autobús funcione más de tres días, según denuncian transportistas reseñados por El Impulso.

 Con información de El Pitazo


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