En esta ocasión, celebraremos un día de las madres que por mucho, será el más diferente de todos los tiempos. Esta vez no nos reuniremos en familia como hemos acostumbrado desde siempre y más bien tendremos que quedarnos en casa, realizando probablemente las mismas actividades que realizamos a diario, sin que la pausa del compartir, nos haga pensar que es un día diferente. Pero alto, no todo esta tan mal… tenemos mucho que celebrar.
Por Rina López
En este contexto, donde seguro no faltarán mensajes, llamadas, y todo tipo de homenajes desde luego bien merecidos, es necesario rescatar todas aquellas circunstancias que hoy día hacen de quienes somos madres un hito en la historia de la humanidad. La diversidad de ser madre es tan compleja que hay quienes suponen que no todas las mujeres ¹a³á madres, pero obligatoriamente todas las madres son mujeres; lo cual da a la maternidad, una pincelada adicional que nos invita a reflexionar también acerca del hecho de ser mujer.
En estos tiempos difíciles, habrá algunas con la nostalgia a flor de piel, extrañando a los hijos en la distancia por tantos y tan diversos motivos, pero habrá otras que aún con sus hijos en el nido estarán afligidas por todo aquello que el hecho de la maternidad implica, o agobiadas por las tareas del hogar, el trabajo y otras tantas, sin embargo, esto nos da la oportunidad de preguntarnos como podemos adaptarnos a esta nueva situación que hoy día abarca nuestras vidas, además de todos los otros factores sociales y económicos que parecieran estar poniéndonos entre la espada y la pared.
Leer más: Niños, adolescente y la Cuarentena
Para moderar un poco estas inquietudes, se recomienda empezar por mantener una rutina diaria, la cual permita establecer un equilibrio entre el trabajo, las tareas del hogar y el entretenimiento. Donde pueda relajarse e incluso divertirse un poco, tanto que sea a solas como acompañada. Otra recomendación es, evitar mantenerse a tope con la información que se genera por todas partes, no sólo sobre la pandemia sino de todo tipo; ya que esto solo ocasionará un agotamiento mental que no necesita y probablemente de inicio a una serie de síntomas, que a la postre se pueden convertir en un problema de mayor relevancia. Para ello, puede emplear la respiración como un paliativo de control y así lograr una autorregulación y la disminución de algunos de estos síntomas. Respire lenta y profundamente durante unos minutos, probablemente encuentre un poco de calma y equilibrio.
Es necesario mantener los vínculos sociales y afectivos, y que el distanciamiento físico no sea un impedimento para ello. Hablar con las personas que queremos y contarles acerca de cómo nos sentimos, quizás no disminuya ni la distancia ni la nostalgia, pero si generará ese sentimiento de apego y cercanía que entibia el corazón.
No olvide que los seres humanos somos parte de un todo, y que en esto no estamos solos. Como madres, tampoco lo estamos. Muchas tenemos la intención de sortear cualquier situación posible por y para nuestros hijos. Sentirnos parte del todo, hará que nos veamos con amabilidad, tanto a nosotros mismos como a todo lo que nos rodea, incluyendo a nuestra familia, nuestros vecinos y sociedad en general. Dejemos a un lado la autocrítica, entendiendo que no somos “súper woman”, somos mujeres de carne y hueso, que podemos sentirnos hoy bien y mañana no. No te angusties por dormir unos minutos más, o si has dejado de quitar el polvo hoy, mañana será un nuevo día para hacerlo. Date tiempo para fastidiarte y relájate un poco sin autocastigarte por ello.
Finalmente es oportuno afirmar, que seremos capaces como madres, de avanzar a pesar de los obstáculos, si reflexionamos acerca de esas cualidades únicas que nos hacen seres humanos. Este momento nos dará la oportunidad; a pesar de todo lo que se percibe mal, de ser mejores personas, obligándonos a considerar que es lo que realmente tiene valor para nosotros. Quizás ahora podamos descubrir el valor de la cercanía, de un abrazo o un beso, o el alegre choque de manos, eso que hemos tenido de cerca y que hemos dado por hecho.
Este momento será propicio para reflexionar y entender, desde nuestra postura de progenitoras, acerca de cómo el Cosmos, a través de sus propias leyes y formas, ha encontrado la manera de equilibrarse. Esta es una acción que debemos enaltecer como un aprendizaje de vida para ésta y las próximas generaciones. La aceleración, la vida apurada, el ajetreo del día a día probablemente nos había hecho delegar y olvidar algunas tantas cosas como madres y como mujeres, sin embargo, hoy día el mismo Cosmos no da la oportunidad nuevamente de tomar la rienda. Todo saldrá bien, y pronto seremos retribuidos (ojalá que sí) de este tiempo de distanciamiento social.
¡Les deseo un feliz día de las Madres!
Rina López/ @RinaLopezAsesor
Visítanos en Twitter e Instagram