De la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en México, se graduó don Felipe Espinosa Tecuapetla, un hombre de 84 años que ahora es ingeniero. Su historia está marcada por la superación, las ganas de salir adelante y el amor por el aprendizaje.
“Nada me va a detener, solo la muerte”, aseguró el hombre que conoció un nuevo mundo tras llegar a la universidad.
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En un comunicado, ese centro de educación superior contó que don Felipe llegó hace cuatro años al campus para estudiar ingeniería en procesos y gestión industrial, una carrera nueva.
Ingeniero con orgullo
A sus clases arribaba con un costal al hombro, pues además de estudiar también vende frutas y verduras en una central de abastos.
A pesar de su avanzada edad, disfrutó estar con personas que son hasta 60 años más jóvenes que él. Contó que no se amilanó a la hora de aprender de nuevas tecnologías y sentarse al frente de un computador.
“Le tiene usted que echar ganas, como dicen. Si es uno chango viejo, hay que hacer maromas nuevas y allí se iguala usted con los jóvenes. La superación del humano está en la mente, es una cosa muy grande la mente”, expuso don Felipe.
Las ganas de salir adelante eran enormes, tanto que don Felipe se despertaba a las 4 de la mañana para abordar dos buses y llegar hasta el campus para ver sus clases.
Antes de convertirse en graduado, fue campesino, obrero y militar. Se casó y tiene cinco hijos, uno de ellos también es ingeniero, según reseña Noticias Caracol.
Pese a que su esposa murió y la soledad lo invadió, cuenta que ya no se siente así, pues entrar a la universidad le cambió la vida: “Ya no estoy más solo, por todas partes me saludan”.
Afirmó que lo primero que hará tras recibir el diploma será una nueva solicitud de estudio: “Nada me va a detener, solo la muerte”.
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