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La Palma está sepultada bajo cenizas +fotos

Las espectaculares imágenes de Emilio Morenatti muestran escenas desoladoras: el Cumbre Vieja (La Palma) no solo ha engullido municipios enteros, sino que ha cubierto de cenizas campos, casas e incluso cementerios.

Tras 46 días de incertidumbre en los que muchos vecinos de la isla de La Palma han dejado sus hogares, sus pertenencias y sus recuerdos atrás, los expertos ven por primera vez que la erupción en La Palma puede estar cerca del fin.

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El descenso de la señal del tremor desde el mediodía del martes y la tendencia descendente de dióxido de azufre (SO2) en el penacho son los parámetros que hacen pensar que la erupción está cerca de apagarse. Aunque la evolución de los datos del tremor y de emisiones SO2 «son signos positivos, no hay duda», la portavoz del comité científico del Pevolca, Carmen López, ha señalado que aún siguen siendo «valores muy altos».

Cuando la ceniza se empapa, gana peso, y eso es crítico para los esqueletos de casas ya afectadas por terremotos constantes desde el pasado 11 de septiembre.

La ceniza cae más rápido de lo que es posible recogerla, por lo que la prioridad impera. Sacarla de los tejados y de las vías para evitar daños mayores es el objetivo número uno, con montañas de este material que se acumula por todos lados. “Está amontonada en los arcenes y alrededor de las edificaciones” y es que “lo importante ahora es salvar las casas”, ha señalado Lorenzo Fortuni, responsable del punto limpio de áridos de El Paso, El Riachuelo. Y es que en La Palma ya no hay camiones disponibles, todos están siendo destinados a mover enseres y ayudar a los afectados. “Está todo el mundo muy agobiado” porque saben la que viene encima.

Cuando llegue la lluvia, “eso será aún peor que la lluvia de ceniza”, asegura Juan Vicente Rodríguez, empresario de la industria platanera. Como profesional de la agricultura, sabe lo que dice. Los incendios que sufrió la zona hace apenas unos meses han creado escorrentías y barranqueras, “cuando llegue la lluvia esto va a ser un desastre”. Las lluvias fuertes, llegan al oeste o suroeste y si ves llover tal y como está la situación, advierte, “es mejor echarse a correr”.

La ceniza fina arrasará con todo si cae con fuerza y se forman riadas, y además “atascarán toda la red de saneamiento”, asegura. Por ahora las lluvias serán débiles o puntualmente moderadas, según asegura la Aemet, y eso es en lo que confían todos los palmeros que ya ven en otras islas llover con cierta fuerza. En el suelo cubierto de colada, ya sea la reciente o las más antiguas la lluvia no es una gran amenaza por el carácter poroso de este material, en zonas con vegetación se pueden soportar importantes caudales, pero en áreas de escasa vegetación como son las zonas urbanas, el escenario es bien diferente. El poder destructor del agua y la ceniza, que conformaría una especie de barro o lodo, tiene una capacidad abrasiva y erosiva que preocupa.

El alcalde de El Paso, Sergio Rodríguez, ya ha pedido ayuda para la limpieza de cubiertas y recogida de ceniza, y el Ayuntamiento de Los Llanos conforma cuadrillas de voluntarios para tratar de dar salida en una batalla contrarreloj.

Voluntarios, población, efectivos de bomberos, la UME, todos a una en una carrera contra el volcán, porque limpiar las cenizas de tejados y bajantes es clave. Con apenas 5 centímetros de ceniza en una azotea junto a la lluvia, se taponarán los desagües y si este volumen de cenizas supera los 40 centímetros, el peso del agua puede hundir un techo. Hay zonas en El Paso y Los Llanos donde la ceniza se cuenta por metros.

Con información de La Vanguardia


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