Comunidades del sector el Naranjal y la Trinidad, de la parroquia Juana de Avila en Maracaibo, junto con el concejal Daniel Ponne, protestaron por la falta de agua en el semáforo del Naranjal con la Circunvalación 2. Aseguran que tienen al menos un mes y en otros sectores más tiempo sin agua.
«Con vecinos del norte de la ciudad, protestamos contra hidrolago, por la pronunciada escasez del agua. Desde el año 2019 se ha profundizado la crisis, por eso solicitamos una reunión a el ministro de Aguas, Marcos Torres, con los concejales de Maracaibo», afirmó el concejal Ponne.
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Las comunidades de la zona norte como San Jacinto, El Naranjal, La Trinidad, son de las más afectadas o las que al menos más alzan sus voces con el catalogado mal sistema de distribución del agua en el sector, ya que al igual que en la mayoría de las parroquias en la ciudad, el vital líquido no llega de manera equitativa y si tienen agua, les suspenden el servicio eléctrico, impiediendo con ello la tracción del agua con las bombas debido a que no llega con sufieciente presión a los hogares. «Si no nos agarra el chingo, nos agarra el sin nariz».
¿Qué pasa con eso?
A mediados del año 2021, la comunidad de San Jacinto, denunció que habían personas ajenas a la hidrológica que manipulaba a su antojo las válvulas que se ubica en la medular con Mara Norte que suministra también a La Guaireña.
«Tras discusiones, se llegó a un acuerdo e hicieron una caja de seguridad con el fin de que mejorara e servicio y más bien empeoró ya que de cada ocho días, pasaron a una vez al mes», afirman vecinos afectados.
También aseguran que la manipulación por parte gente desacreditada sigue, por lo que al parecer, particulares se benefician a costa de las calamidades (una de varias) que padece la populosa urbanización.
En el 2020, Jorge Silva entonces presidente de Hidrolago, afirmó para Qué Pasa, que «los camiones cisternas son el cáncer del sistema hidraulico del estado».
Señaló que muchas fallas en la distribución «se deben a factores externos como personas inescrupulosas que se dan a la tarea de manipular el sistema cerrando válvulas ( tal como denuncian desde San Jacinto), para que de una u otra manera la ciudadanía recurra a los servicios privados de asistencia como lo son los camiones cisternas, que para nosotros son el cáncer del funcionamiento hidraulico del Zulia».
«Nosotros esquemáticamente preparamos operaciones un día anterior a la puesta en funcionamiento del servicio de agua. Cuando ya el agua está llegando, se dan a la tarea mucho de los malos actores que afectan al sistema y nos descalibran la distribución, cerrando válvulas, dejando a sectores sin servicio para beneficio de particulares», reafirmó en su momento.
Según reveló el entonces presidente de la compañía estatal, «el problema del suministro del agua potable en el estado Zulia y particularmente Maracaibo, va mucho más allá de las fallas eléctricas, y enfiló sus cañones contra quienes manipulan las válvulas para que el agua no llegue a las comunidades en beneficio de los «cisterneros».
En su momento Silva había informado que trabajaba con las administraciones pasadas de la Gobernación y la Alcaldía (afines a la administtación de Maduro) en un programa de justicia que sancionaría a los malhechores que habitualmente manipulaban a su antojo las válvulas en perjuico de muchos, pero de eso nada se supo.
Desde la actual administración de Hidrolago a través de las redes sociales, reportan restablecimiento de planes de acción que ejecute mantenimientos preventivos y correctivos de las aducciones principales y secundarias de agua potable y de las estaciones de bombeo. Reparaciones de fugas, sin embargo, en la práctica, solo algunos sectores y por escasos márgenes de tiempo pueden abastecerse hasta nuevo aviso, ya que tampoco no hay un esquema de distribución que permita al menos a los ciudadanos tomar las previsiones.
Con información de La Verdad
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