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El colesterol malo y el colesterol bueno

Mantenerse saludable siempre ha sido una preocupación común, pero es normal ver que el colesterol queda relegado a un segundo plano. Sus valores ni siquiera son comprendidos a pesar de ser mencionado frecuentemente en los temas de salud. En general, solo se conoce que existen dos tipos muy diferentes entre sí.

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A pesar de que el valor ideal del colesterol es una inquietud tan básica, no es algo que se haga de forma consciente, ya que a veces ni siquiera se considera en las dietas a seguir. Esto resulta problemático con la aparición de enfermedades endocrinas por descuidar el colesterol.

El colesterol y sus tipos

El colesterol es una grasa esencial producida por el hígado, y que está presente en algunos alimentos. Cumple con diversas funciones del organismo, y viaja a través de la sangre por vehículos llamados lipoproteínas, que están presentes en las arterias.

Existen varios tipos de lipoproteínas, pero los resultados de los exámenes sanguíneos suelen clasificar las medidas del colesterol en colesterol total, HDL, LDL, VLDL y triglicéridos. Los principales son el HDL y LDL.

El comúnmente llamado colesterol “bueno” son las lipoproteínas de alta densidad o HDL (High Density Level), abreviado así por sus siglas en inglés. Estas se encargan de trasladar al hígado aquella grasa que nuestro organismo no utiliza, para ser posteriormente eliminada a través de la bilis.

Por otra parte, el llamado colesterol “malo” son las lipoproteínas de alta densidad o LDL (Low Density Level), abreviado así por sus siglas en inglés. Estas se encargan de transportar la grasa del hígado a los tejidos.

El colesterol total representa la totalidad de colesterol en la sangre y comprende tanto al HDL como al LDL para ofrecer una medida general.  

¿Por qué uno es “malo” y otro “bueno”?

Los principales tipos de colesterol comprenden una oposición entre sus propiedades, pues uno puede combatir al otro y ayudar al organismo a alcanzar los niveles saludables.

Se le llama “malo” al LDL porque es el principal responsable de la obstrucción de las arterias, por lo cual también se le acreditan las enfermedades cardiovasculares Mientras, el HDL tiene la capacidad de eliminar el LDL, enviándolo al hígado para que sea descompuesto y expulsado del cuerpo.

A pesar del daño y el beneficio que puedan suponer el LDL y el HDL, ambos poseen un límite en cuanto a la cantidad conveniente, que puede estar presente en el cuerpo sin perjudicar.

Lo aconsejable es mantener un equilibrio basado en valores regulados en ambos casos. No consisten en demasía ni carencia, sino los establecidos como “normales” dentro del campo de la medicina.

Resultados favorables

Generalmente, el colesterol se mide en miligramos (mg) por decilitro de sangre (L). Los resultados consideran la edad y el sexo de la persona, pues no representan lo mismo en cada caso.

Además, las cifras pueden variar ligeramente con respecto al laboratorio donde es realizado el examen. A continuación, se exponen las comúnmente fijadas.

El colesterol total mínimo se ubica en los 120 mg/dl de sangre. El máximo es de 240 mg/dl. Y el valor óptimo deseado, menor a 200 mg/dl.

Para el HDL:  el mínimo comprende los 40 mg/dl en hombres y 50 mg/dl en mujeres. El máximo alcanza los 160 mg/dl. Y el óptimo deseable es superior a 35 mg/dl en hombres y a 40 mg/dl en mujeres.

En el caso del LDL: no se ha determinado que sus valores bajos sean perjudiciales. Sin embargo, sus límites son más altos en comparación con el HDL, considerando como máximo los 160 mg/dl y el óptimo deseable entre los 70 y 120 mg/dl.

Cómo controlar ambos valores

Normalmente pequeños cambios en el estilo de vida son suficientes para controlar fácilmente los valores del colesterol total en la sangre. Aún así, existen personas cuyos altos niveles de colesterol son debidos a condiciones genéticas, y emplean medidas poco comunes, como comprar Oxicol en lafarmaciaonline.com para controlarlo.

Entre las recomendaciones básicas para llevar una vida sana están las siguientes:

No fumar cigarrillos.

Realizar 30 minutos de actividad física cada día.

Evitar el estrés excesivo.

Perder peso (con algunas excepciones).

Llevar una dieta apropiada. Esto es lo primordial.

La importancia de la alimentación balanceada

Una alimentación balanceada es vital para la regulación de la grasa. Para ello, es importante conocer qué tipo de alimentos son buenos para el organismo y cuáles son perniciosos.

La clave no es eliminar las grasas, sino consumir aquellas que sean naturales y sanas en pequeñas cantidades. Se consiguen en alimentos como el aguacate o los frutos secos.

Además, es necesario consumir alimentos con alto contenido de fibra soluble, ya que reduce la absorción de colesterol en los intestinos. Las frutas, los vegetales, los cereales naturales, los granos y las legumbres son algunos de ellos.

En cambio, hay que disminuir el consumo de aquellas comidas con alto contenido graso. Ejemplos de ellos son los embutidos, carnes procesadas, carnes de órganos, las frituras, la manteca, la leche de vaca, los helados a base de crema y similares.

Con información de Noticia al Día


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