Crees que lo sabes todo en materia de sexo oral, pero no puedes estar más equivocado. Te consideras un innovador por cambiar de posturas, gracias a lo que te enseñamos en este artículo. Amigo, estás muy lejos de ser un pro del cunnilingus. Lo peor de todo es que ella lo sabe. Y aunque agradece cada vez que ahondas en su flor, espera más de ti. Como la parienta no se atreve a decírtelo, te lo explicamos nosotros. Quién sabe, si lo haces bien igual ella comience a devolverte el favor con más ímpetu.
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A continuación tienes diez claves. Algunas han sido extraídas de ‘Men’s Health’, otras de la actriz porno Amarna Miller y el resto son resultado de entrevistas personales. Atento:
1) Haz el recorrido
A ninguna mujer le gusta que vayas directamente ahí. Tómate tu tiempo. «Los besos, la estimulación de los senos y los pezones, los mordiscos por el interior del muslo forman parte del plato que te vas a comer», asegura la sexóloga Shanna Katz al citado portal. Debes esperar hasta que tu pareja esté lo suficientemente caliente para que te suplique que acabes entre sus piernas. «Si vas demasiado rápido, vas a acabar con todo el encanto».
Te da pereza, lo sabemos. Solo quieres saborear tu sabroso manjar. Pero hemos de decirte que únicamente llevará unos minutos. Si lo haces bien, ella te rogará que acabes en su fruta.
2) Tu palabra favorita
Muchos hombres utilizan el consabido truco de mover la lengua como las letras del abecedario. De la A a la Z. Y, ojo, no está mal, pero los expertos recomiendan que innoves con tu técnica de trazado de letras con la lengua. El truco está en no ir de la primera letra a la última. Lo mejor es probar alguna palabra y repetirla. Así no tendrás que hacer movimientos innecesarios y tan diferentes entre sí. Trata de evitar las letras que tengan mucho aire entre sus bordes, por ejemplo la U, la V, la L o la O. Lo mejor es abarcar el máximo campo posible.
Por ejemplo, puedes probar con «sexy». Primero la S, luego la E, seguida de la X y la Y. Si notas que no le gusta, cambia. También podéis jugar a que ella adivine la palabra en cuestión. Será divertido ver cómo trata de concentrarse y no puede porque la sangre no le llega a la cabeza.
3) Triplica la dosis
Aunque ella no te lo pida, quiere más sexo oral. La gran mayoría, de hecho. «Así que si estás usando el cunnilingus solo como preliminar, debes considerar en duplicar, triplicar… e incluso multiplicar lo que lo haces por seis o siete», asegura Katz.
Eso sí, si no es preliminar y lo estás haciendo como plato principal y único, tienes que estar allí un rato, hasta que ella haya terminado. Atento: eso no significa que debas estar almorzando hasta que ella llegue al clímax, sino solo hasta que ella te diga que ya está bien.
4) Succiona con cuidado
Succionar es la clave, para muchas. Absorbe con delicadeza cada rincón. Combina las succiones con lametones. Hemos de decir que esto es solo para expertos: si no controlas, no lo hagas, ya que una absorción muy fuerte puede llegar a ser incluso dolorosa.
No vayas directamente ahí. Los besos, la estimulación de los senos y los pezones, y los mordiscos por el muslo forman parte del plato que te vas a comer
«Los movimientos de succión ligera suelen ser efectivos, pero no intentes comerte el clítoris como si sorbieses por una pajita. Duele. Tampoco es cuestión de pegar lametones a diestro y siniestro. El buen comedor de coños sabe el punto exacto donde tiene que chupar: el clítoris, o en caso de chicas muy sensibles, el capuchón que lo cubre. Tampoco te pases con la velocidad, el ritmo lo marca ella: basta con interpretar las reacciones que provocas en su cuerpo», detalla la actriz porno Amarna Miller.
5) Mete los dedos, pero sin zambomba
Mientras estás en el lío, introduce los dedos en la vagina, creando cierta presión hacia arriba. Una vez la chica comience a excitarse, realiza movimientos rítmicos en la zona del clítoris. La intensidad debe ir in crescendo. Y, muy atento: no es recomendable que introduzcas los dedos simulando una penetración (o como si estuvieras tocando la zambomba). No es una penetración, y nunca lo parecerá. ¿De acuerdo?
También pruebes probar a introducir la lengua por la vagina, pero no es lo que más les suele gustar a las mujeres. No tiene mucho sentido, y menos si lo haces como una ametralladora.
6) Ponle el porno
Si tú ves porno, ¿por qué no se lo pones a ella? O, mejor aún, podéis verlo juntos mientras tanto. Configura adecuadamente su posición para que se quede de cara mirando a la pantalla mientras tú estás disfrutando entre sus pìernas. No solo va a estimularse por tu trabajo, sino también por lo que está entrando por sus retinas. Al menos, eso es lo que asegura la mencionada sexóloga. Y, quién sabe, quizá coja ideas y luego quiera convertirlas en realidad contigo.
7) Vete al ano, y no vuelvas
Una vez que hayas acabado tu sabroso plato, puedes irte al final y probrar el poste. Existe una cantidad generosa de mujeres que adoran el beso negro. Recuerda que no es apto para todos, ni todas: la higiene en este asunto es (más que) imprescindible. Puedes pasarte por ahí pero, recuerda: debes lavarte la boca antes si quieres volver arriba. Además de ser poco higiénico, puedes provocar a tu querida amada infecciones en el tracto urinario y pasar bacterias del ano al pene o a la vagina.
8) Cógela entera
Que tu único contacto no sea solo con la lengua. Utiliza las manos para agarrarle las nalgas y métete ahí dentro como si llevaras semanas sin comer. A la mayoría de mujeres les encanta que agarres su cadera y trasero mientras almuerzas, como quien come medio melón, que lo sujeta con las dos manos, pues lo mismo.
Succionar es la clave, para muchas. Absorbe con delicadeza cada rincón. Lo mejor es que combines las succiones con profundos lametones
9) Usa su vientre
Otro movimiento que puedes realizar es la presión sobre su vientre. Amarna lo explica bien: «Si usas la mano que te queda libre para apretar en la zona baja del vientre, éxito asegurado. La idea es que los dedos que tienes ya dentro creen más fricción contra la zona del punto G». Recuerda que no debes poner todo tu peso en su tripa, ya que no quieres matarla ni hacer que vomite. Cuidado con la presión.
10) No tengas prisa
Si te aburres es tu problema. Aquí tienes movimientos y claves de sobra para innovar y hacer que ella disfrute, así que no sirve de nada que la metas prisa porque «está tardando mucho» en llegar. No debes insistir con preguntas como «¿te vas a correr ya?» o «¿cuánto te queda?». Si no querías la comida no haberte servido, amigo. Debes tomarlo con calma y esperar a que ella te dé indicaciones. No debes apartar la boca y mucho menos levantarte de la mesa con el plato a medio terminar. Es de mala educación dejar comida en la mesa.
Con información de El Confidencial
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