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Migrantes venezolanos en un limbo por su identidad

Un calvario viven los venezolanos en el exterior para tener acceso a una prórroga o a un pasaporte nuevo del que depende su legalidad en otro país. Afirman que las embajadas venezolanas en Latinoamérica, donde es reconocido el presidente Nicolás Maduro, están colapsadas. Funcionarios no se dan abasto para atender la demanda de criollos que desesperados reclaman su derecho a la identidad.

Algunos denuncian malos tratos, largas colas de espera y requisitos burocráticos «absurdos», como por ejemplo, cancelar 80 dólares en efectivo para ser atendidos en una embajada venezolana, a pesar de ya haber pagado el arancel tributario del pasaporte en sistema. Expertos en migración afirman que esta situación es caldo de cultivo para la corrupción, y hace que los venezolanos en el exterior no tengan opción de tramitar una residencia legal, conseguir un trabajo que le permita tener un seguro social, no pueden acceder a estudios universitarios y los niños no puedan ingresar a una escuela.

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Willmary Montilla es una periodista venezolana que ejerce en Bogotá, pero en las últimas semanas ha vivido momentos de ansiedad porque el 6 de septiembre se vence su pasaporte. En Colombia no hay embajadas venezolanas ni consulados desde 2019, y aunque el nuevo presidente, Gustavo Petro prometió reanudar las relaciones diplomáticas con Venezuela a partir del 7 de agosto, la realidad es que las relaciones siguen en el congelador.

«Mi intención era tramitar un pasaporte nuevo, pero cuando pregunté en el sistema del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), me dijeron que yo tenía era opción a una prórroga que dura dos años. Ese trámite tiene un costo de 106,42 dólares. Pero me exigen pagar adicionalmente 115 dólares para que me lo envíen a través de la casa de encomienda DHL. Para que este proceso se haga efectivo tengo que esperar de tres a cuatro meses», informó.

A Montilla no le resulta este tiempo de espera porque le urge viajar por avión a otros países por exigencia de su trabajo. Así que decidió consultar con un gestor desde Venezuela. «Me prometió villas y castillos para una atención VIP desde Caracas. Me dijo que para obtener el pasaporte express en tan sólo 10 días tenía que pagar 600 dólares al Saime, más 200 dólares por sus servicios. Ese monto no incluye los viáticos desde Barquisimeto a la capital que tengo que cancelar hasta tener el pasaporte en mis manos», refirió. Terminó descartando esta opción porque iba a gastar más de mil dólares, una cantidad muy costosa para un emigrante.

Como tercera opción decidió hacer el trámite directamente desde Venezuela. Pidió un permiso no remunerado de tres semanas a partir del 30 de agosto para viajar a Barquisimeto y hacer el proceso por su cuenta. Esto con la intención de disminuir gastos. El pasaje por tierra de Bogotá a Maicao le cuesta 70 dólares, y de allí ingresaría por el estado Zulia. «Sería casi un mes sin devengar un sueldo y eso también me tiene preocupada, pero es un sacrificio que tengo que hacer», expresó.

En Venezuela tramitar un pasaporte es tan complicado como ganarse la lotería, porque las oficinas del Saime también viven atiborradas de usuarios. En junio, los venezolanos no tuvieron acceso a sus documentos porque la plataforma estuvo caída por más de dos semanas.

«Hay un problema gravísimo con la identificación de los venezolanos. Pareciera un tema de suerte. Sé de personas que tienen un año y dos meses esperando por la prórroga. Un documento que dura dos años y cuando les llega apenas tiene seis meses de vigencia. Hay naciones que consideran un pasaporte vencido cuando le quedan seis meses de vigencia», destacó María Montoya, consultora en migración.

La abogada conoce de casos que se han quedado «engatillados» en el sistema Saime por el tema de la revisión dactiloscópica. «Pueden pasar cinco meses o más y no aparecen en sistema. En ese momento la gente se desespera y decide recurrir a un gestor, que en la mayoría de los casos son estafadores», explicó.

Afirma que ha podido verificar llamando a embajadas venezolanas en Canadá, República Dominicana y en España y estas no atienden los teléfonos ni responden los correos electrónicos. «Es grave que no emitan información por esta vía a los venezolanos, porque hay más de seis millones de criollos en el exterior. Hay un retardo gravísimo en la identificación y el Saime tiene la obligación de atenderlos. La identidad es un derecho adquirido constitucionalmente y es un derecho universal», refirió.

Tomás Páez, sociólogo, coordinador del Observatorio de la Diáspora Venezolana, sostiene que uno de los principales problemas para los venezolanos desde el exterior es pagar el precio que cuesta un pasaporte nacional, uno de los más caros del mundo.

Mientras en México un pasaporte cuesta 37 dólares, en Argentina 15 dólares, en Colombia 39 dólares, en Brasil 48 dólares, en Chile 76 dólares, en Venezuela el pasaporte con vigencia de 10 años vale 212 dólares,

«La plataforma del Saime no se ha adecuado a la nueva realidad. Los consulados en Venezuela estaban pensados para un país de inmigrantes, son pequeños en el mundo. Segundo, el precio hace que el pasaporte sea un artículo de lujo. En España tramitar un pasaporte no supera los 30 euros. Además puedes tardar seis meses o más esperando que te lo entreguen», apuntó.

Criollos denuncian malos tratos

Karla Peroza es una ingeniero industrial que desde 2019 está viviendo en Santiago de Chile. Informó que en julio de 2021 tuvo que tramitar la prórroga de su pasaporte, requisito indispensable para poder obtener su visa temporaria en ese país suramericano.

«Pedí mi cita por el Saime y el día que me tocó tuve que hacer una cola de más de tres cuadras de personas fuera de la embajada venezolana en Chile. Recibí malos tratos por parte de los funcionarios que no aclaran muchas dudas. En mi caso, yo tuve que pagar 80 dólares en efectivo y la prórroga tardó tres meses en llegarme», expresó.

Jorge Núñez, chef venezolano en Chile, contó que lleva un año tratando de sacar la prórroga de su pasaporte en Argentina y le ha sido imposible tramitarlo desde Buenos Aires. «En el sistema del Saime me aparece un error migratorio. Es decir, cuando yo salí de Venezuela hace cuatro años en un vuelo desde Maiquetía a Brasil, el funcionario de migración no registró la tasa de salida en el sistema Saime, y es como si yo no hubiese salido del país. Entonces me exigen trasladarme a la sede principal del Saime en Caracas», expresó.

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