Cara Delevingne no estaría atravesando uno de sus mejores momentos. La popular modelo británica, de 30 años, fue protagonista de unas preocupantes escenas en el Aeropuerto Van Nuys de Los Ángeles, California (EE.UU.), donde algunos viajeros pudieron verla en un estado de suma confusión y visiblemente desmejorada.
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Ataviada con un pantalón de chándal, una camiseta negra con la imagen de Britney Spears, con vistosos calcetines amarillos, sin zapatos, con el pelo despeinado y sin asear; la modelo se paseó por el aparcamiento del aeropuerto hablando por teléfono, fumando y haciendo movimientos bruscos y erráticos que fueron captados por las cámaras y que han hecho que salten las alarmas con respecto a lo que podría estar pasando.
«Estamos terriblemente preocupados. La situación se ha ido gestando desde hace semanas, la familia de Cara está involucrada», aseguraba una fuente cercana al entorno de la modelo al diario británico The Sun el pasado miércoles, asegurando que ya se está hablando de proceder con algún tipo de intervención para poder proporcionarle la ayuda que pueda necesitar para recuperarse: «Sus amigos están preocupados por ella en general tras un comportamiento errático, pero tiene un buen grupo a su alrededor».
La modelo ha aparecido en contadas ocasiones públicamente en los últimos días, pero siempre rodeada de polémica. El pasado lunes llegaba dos horas tarde y subía con actitud nerviosa al avión privado de Jay-Z, el cual fue invitada a abandonar debido a su incapacidad para controlar los movimientos de su cuerpo en ciertos momentos. Aunque no se sabe qué sucedió exactamente dentro del avión, sí se sabe que Delevingne permaneció dentro unos 45 minutos, hasta que abandonó el vehículo.
Unos días antes, la modelo fotografiada en actitud sospechosa en un aparcamiento en West Hollywood, tomando unas gotas de un líquido indeterminado de lo que parecía ser una pipeta mientras fumaba en el asiento del conductor. Según informó el diario Daily Mail, la modelo se cambió de ropa en el coche y se trasladó a comprar algunos juguetes sexuales en una tienda de la famosa avenida Melrose.
Su excéntrico comportamiento está preocupando a sus seguidores, sobre todo tras la celebración de su 30 cumpleaños mes de agosto, a los que dio la bienvenida por todo lo alto en un yate en Formentera.
Una infancia complicada
Cara es hija del empresario inmobiliario británico Charles Delevingne y su mujer, la socialité Pandora Delevingne, quien ha sido siempre muy abierta con su lucha contra su adicción a la heroína y vivir con un trastorno bipolar, algo que marcó la infancia tanto de la modelo como de sus hermanas, Chloe y Poppy Delevingne.
«Un padre adicto marca la infancia de cualquier niño. Creces demasiado pronto porque estás haciendo de padre de ellos. Mi mamá es una persona asombrosamente fuerte con un corazón enorme, y la amo. Pero una adicción no es algo de lo que uno se recupere, no lo creo. Sé que hay gente que dejó las drogas y está bien, pero no es el caso. Ella sigue luchando», confesó la modelo a la revista Vogue en 2015, recordando que la terapia psicológica siempre ha formado parte de su vida.
Su hermana Poppy parece haber tomado la batuta en esta intervención, y parece dispuesta a ayudar a su hermana pequeña a salir de este momento tan complicado. Por ahora, la modelo se prepara para su debut en Solo Crímenes en el Edificio (Disney +), donde actuará como el nuevo interés romántico del personaje de Selena Gomez.
Con información de La Vanguardia
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