La empresa tecnológica Smartmatic desmintió a Rafael Simón Jiménez, rector del CNE de la dictadura, tras asegurar que para la farsa electoral que pretende ejecutar el régimen venezolano se utilizará el software y las máquinas de dicha empresa.
Smartmatic aclaró a través de un comunicado que “no tiene trato alguno con el CNE, ni con sus proveedores, ni con ExClé, la empresa integradora argentino-venezolana que provee el soporte al ente electoral en Venezuela desde el 2017”.
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En este sentido, precisaron que el software de Smartmatic no puede ser utilizado por el CNE, “por lo que el software a utilizar en la elección de 2020 con las nuevas máquinas compradas a otro proveedor no es el nuestro”.
Además, la multinacional especializada en el diseño y despliegue de soluciones tecnológicas, agregó que “tampoco ha suministrado máquinas de votación, ni licencias para el uso de su software, ni servicios electorales de ningún tipo al CNE”.
De igual forma, Smartmatic detalló que la última vez que participaron en sufragios en Venezuela fue en el 2017 con las elecciones de la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente y denunciaron en su momento una «manipulación de la participación».
Origenes chavistas
«Entre 2004 y 2015, Smartmatic organizó 14 elecciones (…) y procesado más de 377 millones de votos en Venezuela», reseñó la BBC, en donde se explica que la empresa fue fundada en el año 2000 en Estados Unidos.
Pero sus raíces están firmemente ancladas en Venezuela.
Antonio Mugica presidente de la empresa como el cofundador y actual presidente de la empresa, Róger Piñate, son venezolanos.
Su primera elección fue el referendo presidencial de 2004 en el que un 58% de venezolanos le dijo «No» a la propuesta de la oposición de revocar el mandato del entonces presidente Hugo Chávez.
Y en 2006, como resultado de la entrada de Smartmatic en el mercado estadounidense, el congreso de EE.UU. se vio obligado a investigar los supuestos vínculos entre la empresa y el gobierno venezolano.
En un artículo de The New York Times de la época se menciona un préstamo gubernamental de US$200.000, garantizado con un 28% de las acciones de una empresa vinculada a Smartmatic, como una de las primeras causas de sospecha.
Dicho préstamo, realizado siete meses antes de la obtención del contrato para el referendo revocatorio, fue luego justificado como parte de esfuerzos más amplio por ayudar a las pequeñas empresas y pagado antes del referendo.
Pero según The New York Times, los tres primeros contratos de Smartmatic con Venezuela también le garantizaron la nada despreciable cifra de US$120 millones.
Y eso alimentó aún más las sospechas de Washington.
Con información de AlbertoNews y BBC
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