A lo largo de la historia en los países occidentales, el orgasmo femenino ha sido objeto de escrutinio. A veces los orgasmos femeninos se percibían como algo poco saludable o malo, y los orgasmos producto de una estimulación diferente al cóito vaginal no heterosexual, han sido considerados como inaceptables por investigadores y médicos (1,2).
La noción de que algunos orgasmos femeninos eran superiores a otros ha sido respaldada por profesionales de la salud.
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Sigmund Freud popularizó la idea de que las mujeres maduras experimentan orgasmos vaginales, mientras que las mujeres inmaduras disfrutan de la estimulación del clítoris (1-3).
La importancia del orgasmo vaginal estaba tan arraigada en el discurso de la salud en el s. XX que la incapacidad para alcanzarlo a través de la relación sexual penetrante heterosexual se identificó como parte de una condición diagnosticable en el MDE III (un libro de diagnóstico psicológico y psiquiátrico) (4).
Aunque hoy en día la mayor parte de los profesionales de la salud no consideran que la incapacidad para alcanzar el orgasmo a través del sexo penetrante sea un problema (a menos que sus pacientes expresen esta preocupación), muchas personas creen que el orgasmo es una condición de una relación sexual feliz, plena y/o satisfactoria (2). Algunas personas también sienten que los orgasmos deberían estar restringidos al sexo, en lugar de experimentarlos durante la masturbación (1). Los orgasmos son geniales, pero sentir presión para tener un orgasmo, o un orgasmo en particular, en un momento específico, puede hacer que el sexo sea estresante y desagradable.
En relación con lo anterior, no hay consenso entre algunos investigadores del sexo sobre cómo clasificar los orgasmos (3,5). Por ejemplo, si la estimulación de una parte del cuerpo diferente a los genitales hace que los genitales se exciten y que la persona tenga un orgasmo, ¿fue la estimulación del área no genital la causante del orgasmo o lo fue la excitación de los genitales?
Incluso si un investigador hiciera un estudio usando herramientas que midan la excitación, esto no elude todos los problemas.
Se ha demostrado que las personas que tienen genitales femeninos experimentan excitación en sus genitales pero no reportan la excitación a los investigadores, sugiriendo que la excitación física es un indicador insuficiente para describir el interés o placer sexual (5).
Los problemas de los investigadores aumentan al reunir participantes para estudios sobre sexo y orgasmos femenino. Alistar participantes en un estudio siempre es complicado, pero cuando además el estudio es sobre un tema que potencialmente se considera privado o tabú, puede resultar difícil asegurar que la muestra sea representativa de todas las personas en todas las culturas (esto también se conoce como validez externa). También puede ser difícil para los participantes recordar con precisión o saber dónde y cómo fue la estimulación que provocó el orgasmo (5).
¿Diferentes tipos o estímulos diferentes?
Hay muchos artículos de ciencia pop (artículos que no se publican en una revista científica) que aseguran la existencia de un número de diferentes tipos de orgasmos que varía en un rango de 4 hasta 15. Como se menciona anteriormente, hay mucho debate sobre cómo clasificar los orgasmos femeninos. Sin embargo, hay poca evidencia que soporte la idea de que diferentes estímulos causan, de manera consistente (es decir, a repetición, en condiciones experimentales), diferentes tipos de orgasmos femeninos u orgasmos de diferentes intensidades. La mayoría de las personas afirman que «algunos orgasmos son mejores que otros» (6), pero esto no parece estar necesariamente relacionado con los estímulos que causan tales orgasmos.
Estimulación clitoriana
El clítoris tiene un haz de terminaciones nerviosas y se ubica en la parte anterior de la vulva femenina, bajo el prepucio clitoriano (es decir, la parte triangular de los genitales femeninos que se conecta con los labios) (3). Similar a un pene, el clítoris se hincha, agranda y se pone más sensible cuando una persona se excita sexualmente (3,5).
Para la mayoría de las personas, la estimulación del clítoris es probablemente la forma más fácil de experimentar un orgasmo. En un estudio del 2017 en el que participaron más de mil mujeres de los EE. UU., 7 de cada 10 personas que tuvieron coito heterosexual, informaron que tuvieron la necesidad de estimular el clítoris para llegar al orgasmo en dicha relación sexual, o que la estimulación del clítoris, si bien no fue necesaria para alcanzar el orgasmo, lo mejoró (6,7).
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Diagrama de una vulva
Los tipos de estimulación preferidos fueron variados entre las mujeres que participaron en el estudio, aunque muchas reportaron disfrutar la estimulación clitoriana directa y la estimulación haciendo movimientos circulares y «de arriba a abajo» (6).
Dicho esto, las respuestas fueron muy variadas en cuanto a cómo y de qué manera las personas disfrutan la estimulación del clítoris. Algunas personas incluso reportaron que no les agrada en absoluto la estimulación directa (6).
Estimulación vaginal
Un orgasmo causado por estimulación vaginal es un orgasmo que ocurre debido a la estimulación deliberada y exclusiva de la vagina. Si bien es posible que accidentalmente se rocen el clítoris u otras partes del cuerpo en el proceso, para tener un «orgasmo vaginal» no debe haber estimulación intencionada de otras partes del cuerpo.
En el mismo estudio mencionado anteriormente, menos de una quinta parte de las mujeres afirmó poder alcanzar orgasmos por medio de la estimulación vaginal y sin estimulación del clítoris (6).
La habilidad para alcanzar un orgasmo femenino a través del sexo vaginal puede estar relacionada con el punto G, aunque esto está abierto al debate. Aún no se entiende el punto G con exactitud (5,8,9). El punto G puede tratarse de una estructura en sí misma, pero también se ha discutido la posibilidad de que el punto G sea, de hecho, el clítoris retraído o hinchado, o incluso un conjunto de terminaciones nerviosas unidas al clítoris (5,8,9). También se ha sugerido que el punto G no existe (3,5). En cualquier caso, no hay evidencia que sugiera que un orgasmo causado exclusivamente por penetración es superior a otros orgasmos; de hecho, la estimulación deliberada del clítoris puede causar un mejor orgasmo que el orgasmo causado solo por penetración (6).
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Estimulación de otras partes del cuerpo
Hay menos investigaciones sobre los orgasmos causados por la estimulación de partes del cuerpo que no sean los genitales. Debido a que muchos de estos estudios fueron conducidos hace tiempo (10) y en grupos pequeños, la proporción de personas que reportaron este tipo de orgasmos puede no ser representativa de la tasa que encontraríamos en una encuesta representativa a gran escala. Dicho esto, estos estudios sugieren que las personas no requieren necesariamente una estimulación directa del clítoris o la vagina para experimentar un orgasmo.
Algunos estudios han revelado que las personas pueden tener un orgasmo a través de estimulación en la boca, los pezones, los senos, el ano y la piel que rodea una herida (6,10).
Investigaciones con participantes que han sufrido lesiones en la médula espinal y participantes que sufren de convulsiones epilépticas sugieren que hay experiencias orgásmicas que pueden ser inducidas sin la necesidad de estimular los genitales (10).
Con información HelloClue
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